Las dos caras de la huelga general en Cádiz
Más de 400.000 gaditanos están llamados a secundar el paro contra la reforma laboral y los recortes planteados por el Gobierno
Cádiz Actualizado: GuardarHay dos maneras de entender esta huelga general: el que la ve con la esperanza del cambio y el que la sigue para evitar problemas. Se trata de la séptima que se convoca en democracia, la octava para la Bahía, que se paralizó por el cierre de Delphi. Hay también quien confía en que este parón de 24 horas, al que están llamados más de 400.000 gaditanos sea un reflejo de aquello, pero desde hace días la sensación en la calle tiene más que ver con el pesimismo que con la rabia y la protesta. Los pequeños negocios ya tenían colgados ayer sus carteles anunciando el cierre. Bares y restaurantes también se suman a la protesta. Por convicción o por temor a los problemas mantendrán la cancela echada al menos hasta después de la concentración prevista en varios puntos de la provincia. El anuncio de piquetes y el desconcierto ante una jornada de la que hay pocas pistas llaman a la prudencia.
El mayor grado de seguimiento se espera en el ámbito sanitario. Muchos serán los profesionales que tengan que acatar los servicios mínimos. Tampoco se asegura el éxito en los centros educativos, ni en los edificios públicos, el funcionariado ya demostró el pasado 8 de junio que no es un colectivo reivindicativo. Sin embargo, la industria ha ofrecido su apoyo unánime. Se trata de uno de los principales sectores de la Bahía y de los más castigados. No obstante, en las puertas de las factorías se prevé presión por parte de los sindicatos.
También puede ser conflictiva la salida de los primeros autobuses de las cocheras de Comes. El comité de empresa mostró su apoyo al paro general, pero los conductores irán al trabajo. Consideran que la convocatoria llega tarde y perder la jornada les sale por más de 80 euros.