EL CONSEJO
Actualizado: GuardarMe resultó sorprendente la puesta en escena del nuevo Consejo del Cádiz. Para los que sostenían que eran hombres de paja, saltó la liebre. Se resaltó su carácter ejecutivo y el hecho de que el máximo accionista no tenía veto sobre sus decisiones. Muchos cadistas no se lo creen. Sin embargo, el quid de la cuestión es que ninguno de los consejeros iba a cobrar ni un euro. Esto es lo realmente importante en nuestro equipo. Que no se cobre. De una tirada, el dueño del Cádiz se ha ahorrado el salario del hasta ahora vicepresidente ejecutivo (no sé cuanto ganaba ni me importa el señor Moyano) y tiene a personas «con carácter ejecutivo» gratis. ¿No es el sueño de todo empresario, y más en tiempos de crisis? Se ha intentado hasta la extenuidad que los jugadores jueguen este año casi gratis, se ha reducido el personal de acceso al estadio; pero eso sí, los abonos son caros. Con los ingresos no se juega. Hay que reducir costos, pero la hucha debe de estar lo más llena posible. Igualmente me sorprendió la afirmación tajante del nuevo presidente de que no contaba con Moyano. La labor que ha realizado este verano ha sido poco gratificante, sobre todo en la limpieza de salarios en la primera plantilla y demás aspectos relacionados con el concurso de acreedores. Le ha hecho todo el trabajo sucio al dueño del Cádiz, y ahora tiene que escuchar que no se cuenta con él. Ha tenido que ser bastante duro. Se prescinde de un profesional para que tomen decisiones en el club los consejeros, con el riesgo que eso conlleva; pero eso sí, Moyano antes de irse va a acabar los asuntos que tiene pendientes, no vaya a ser que el nuevo Consejo no sepa por dónde meterle mano.
Si uno se pregunta quién sale beneficiado con estos cambios llega a la conclusión que el mismo de siempre, el dueño del equipo. Se ahorra un sueldo, los que toman ahora las decisiones no cobran, y encima sin aparecer públicamente. Una vez más priman los criterios económicos. Así nos va. Otra víctima del dueño del Cádiz, y van...