Cándido Méndez, junto al secretario general de la UGT de Navarra, Juan Goyen, en Pamplona, donde han participado en una asamblea de delegados sindicales. :: EFE
ESPAÑA

Los sindicatos afirman que el presidente del Gobierno se «suicida políticamente»

Los socialistas se mantienen expectantes pero auguran un seguimiento moderado de la protesta

MADRID. Actualizado: Guardar
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A la misma hora a la que los sindicatos daban a José Luis Rodríguez Zapatero por acabado, el presidente del Gobierno celebraba en la sede del PSOE el acuerdo presupuestario con PNV que garantizará, salvo causa de fuerza mayor, un año más de vida a su Ejecutivo. Los socialistas afirman seguir con «expectación» la convocatoria de la huelga general para este mismo miércoles 29, pero nada más. Están convencidos de que su seguimiento no será ni mucho menos masivo y casi hacen oídos sordos a las críticas cada vez más intensas de los líderes sindicales.

Ignacio Fernández Toxo, de CC OO, y Cándido Méndez, de UGT, aprovecharon el arranque de la semana para hacer un llamamiento final a la participación de la ciudadanía, y especialmente, de los votantes de izquierdas en la protesta por la reforma laboral. Toxo afirmó que Zapatero se «está suicidando» políticamente, porque los ciudadanos se han dado cuenta de que preside un Gobierno que no cesa en los recortes sociales, y eso les llevará a plantearse que para «tener el sucedáneo (en alusión al Partido Popular) mejor conseguir el genuino». Méndez, por su parte, afirmó que «no tiene ninguna credibilidad».

Inmutable, la secretaria de Organización socialista, Leire Pajín, respondió a los reproches con una sonrisa. «Discrepo, pero lo respeto», dijo. Esa es la estrategia con la que el partido gubernamental trató de aplacar los ánimos de quienes pudieran estar pensando en sumarse a la huelga. Ha convertido la ruptura del idilio con los sindicatos en una fotografía difuminada. «Es paradójico -señaló la propia Pajín- que el partido del gobierno esté siendo mucho más respetuoso con los sindicatos convocantes que muchos dirigentes del partido de la oposición».

Los piquetes

Aprovechando el río revuelto, el máximo responsable de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, también apareció en escena. El patrón de patronos se mostró convencido de que el seguimiento de la huelga general será mayor que el esperado. Pero no lo achacó a que los trabajadores hayan sido convencidos por Toxo y Méndez, sino a que existen unos servicios mínimos insuficientes para garantizar el derecho a acudir a los empleos y a los «mal llamados» piquetes informativos. «Todos sabemos que el día de la huelga los piquetes no tienen que informar de nada porque todos conocen los motivos de la protesta», alegó.

Con todo, tanto Toxo como Méndez se esmeraron en reforzar su discurso y en separarse del Gobierno. El secretario general de CC OO aseguró en RNE que no son los sindicatos quienes con su movilización acercan al PP a La Moncloa, sino el propio Ejecutivo y, pese a saber que el presidente Rodríguez Zapatero ha dicho por activa y por pasiva que mantendrá la reforma laboral y el abaratamiento del coste del despido, combatió la idea de que esta será una huelga inane con el argumento de que siempre puede utilizarse la ley de Presupuestos Generales para rectificar las políticas recesivas y corregir «los estragos» causados en el mercado de trabajo. «Una ley se cambia con otra ley», resaltó. Además, señaló que la movilización también tiene un objetivo preventivo: evitar que la reforma de las pensiones se lleve a cabo por decreto.

La portavoz socialista reiteró al término de la Ejecutiva que «más allá de la discrepancia en la reforma del mercado laboral, hay muchos temas que este país necesita, que son prioritarios, y en los que hay que seguir dialogando con los sindicatos». Su mente estaba ya puesta en el día después. Toxo replicó que CC OO y UGT siempre están dispuestas al diálogo, pero que «hay que rectificar el rumbo de las políticas» del Gobierno. Y lamentó que miembros del Ejecutivo aseguren que nadie ha presentado alternativas a la reforma de las pensiones cuando por el Parlamento han pasado los secretarios generales de ambos sindicatos para explicar su posición.

Para Cándido Méndez, que se trasladó a Pamplona para celebrar un contacto con trabajadores de la ciudad, el futuro es desesperanzador. «Este Gobierno ha roto el convenio colectivo de los empleados públicos imponiendo un recorte salarial del 5% y ha roto el Pacto de Toledo con la congelación de las pensiones para 2011». El secretario ugetista aseguró que la buena disposición del Gobierno para el día después de la huelga es «un mero gesto simbólico» y lógicamente «España necesita mucho más que símbolos».