Turismo

Las travesías se 'democratizan'

Las navieras han bajado los precios para que se popularice este producto que comenzó siendo exclusivo para las economías más fuertes

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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El desarrollo de los cruceros en Cádiz no es una excepción. En España este sector ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años. Mientras que en Estados Unidos, donde mejor y más pronto se dio este fenómeno, la novedad comenzó en los años cincuenta del siglo XX. En España, este producto turístico no cuajó hasta los noventa y es ahora cuando está creciendo rápidamente. Los expertos en este segmento explican que la democratización de precios, la escasa penetración y la falta de madurez del mercado español son los factores que hacen que los cruceros sigan creciendo en tiempos de crisis. Hasta el año pasado, sólo el 0,5% de los turistas españoles se decantaron por esta forma de viaje, lo que indica que aún tienen mucho margen de crecimiento. Cuando se habla de democratización de los cruceros se hace referencia al abaratamiento de los pasajes, hasta tal punto que las economías domésticas con menor poder adquisitivo puedan acceder a este producto. Algo parecido a lo que ocurrió con el turismo vacacional en los años setenta en España, cuando el veraneo pasó de ser un lujo al alcance de pocos para convertirse en una necesidad a mano de todo consumidor. Para todos los bolsillos

En el muelle de Cádiz hay ejemplos de cruceros para todos los gustos y bolsillos. En el caso de la nombrada Iberocruceros, los precios por pasaje en el 'Grand Voyager' son bastante económicos. Esta compañía trabaja con el mercado nacional y hace una travesía de una semana. Para lanzar el producto, durante la pasada temporada, ofreció el pasaje a 400 euros en camarote interior.

Pero en el mismo puerto hay oferta para bolsillos más pudientes. Como el de la naviera Cunard, que fleta los barcos 'Queen Mary II' o 'Queen Elizabeth' y que hará su primera escala en el muelle de Cádiz el próximo 16 de octubre. En este caso, el pasaje para una travesía en camarote interior no baja de los 2.000 euros.