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La revolución roja muestra sus carencias
Venezuela. El régimen populista de Chávez atraviesa uno de sus peores momentos pese a la riqueza aportada por el petróleo
Actualizado: GuardarGuerra mediática, confrontación bipartidista, mucho petróleo, escasez de alimentos, crisis energética traducida en apagones, inseguridad y violencia alarmante en las calles, cierres tempranos de establecimientos y un elevado coste del nivel de vida son algunas de las circunstancias que hacen de Venezuela un país rico con un pueblo pobre y repleto de problemas. Un cúmulo de dificultades que pasan factura a Hugo Chávez, que intenta minimizarlas con planes sociales como vender electrodomésticos al 50% de su valor.
El presidente bolivariano recibió un apoyo mayoritario, en torno al 70%, en los primeros años de mandato. Pero la crisis económica, el descenso de los precios del crudo y la altísima tasa de homicidios -en 2009 se cometieron 75 crímenes por cada 100.000 habitantes, según una organización opositora- han provocado que muchos de los casi 29 millones de venezolanos hayan abandonado el chavismo. Engrosan las filas de los 'ni-ni', unos seis millones de ciudadanos que constituyen la tercera parte de los 18 millones que conforman el censo electoral.
El mandatario populista no atraviesa su mejor momento para ir a las urnas porque, a pesar de que su país es el quinto productor de petróleo del mundo con 2,9 millones de barriles diarios, los índices económicos son decepcionantes. Según cifras oficiales, el Producto Interior Bruto (PIB) decreció un 5,8% en 2009. La economía venezolana cerró el pasado año con una inflación del 29% y según la cúpula empresarial, finalizará el actual en torno al 35%.
El analista opositor Manuel Sierra asegura que la precariedad financiera «se refleja en la crisis del sistema sanitario, la educación, la delincuencia y el colapso de la infraestructura eléctrica».
También los apagones -algunos de más de tres horas- son causa de descontento. Un informe del Centro Nacional de Gestión (CNG) revela que los cortes de luz se incrementaron en los últimos cinco años en un 106,4%. La consecuencia es que el disgusto se manifiesta en protestas callejeras.
Escasa libertad económica
El control estatal sobre los precios, el tipo de cambio y la desprotección de la propiedad privada colocan a Venezuela entre los cuatro peores países del mundo en cuanto a libertad económica. Así lo confirma un reciente estudio canadiense. Para el Gobierno, sin embargo, los niveles de pobreza y pobreza extrema se han reducido en un 24,2% y un 6%, respectivamente. En otras elecciones Chávez ha tenido su bastión en estos sectores más desfavorecidos. Pero el aumento de armas en las calles -traducido en un incremento indiscriminado de la inseguridad- hace que sean los pobres quienes ponen más muertos en los cementerios.
El pueblo venezolano ya no se contenta con haber sido alfabetizado y tener la cobertura sanitaria gratuita gracias a la colaboración de maestros y médicos cubanos. Reclama mayor seguridad para no tener que vivir encerrado con el fin de protegerse de las balas perdidas.
El desabastecimiento en los mercados es otra fuente de descontento entre los ciudadanos del país. «Si hay azúcar, no hay leche. Si hay leche, no hay azúcar. Todo está carísimo», se lamentaba recientemente una mujer en los medios de comunicación.