El piloto español Fernando Alonso saluda tras obtener la 'pole' en el circuito de Singapur. :: AFP
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Alonso es el enemigo

El español arriesgó durante su vuelta de calificación para salir desde la primera posición por delante de Vettel y Hamilton El piloto de Ferrari enlaza su segunda 'pole' consecutiva e intimida a sus cuatro rivales en Singapur

SINGAPUR. Actualizado: Guardar
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Fernando Alonso ha hecho suyo el viejo teorema de Laurent Fignon. Con el rival no se pacta, se pelea. Y a estas alturas de la película, con el Mundial de Fórmula 1 buscando a su arrendatario, el español se ha convertido en el epicentro y 'quid' de la cuestión. Podrá ganar el que sea de los otros cuatro gladiadores que se han echado el escudo al hombro, pero todos (Webber, Vettel, Hamilton y Button) tendrán que contar con Alonso. En la nocturna y luminosa Singapur, fantástica estación que Ecclestone se sacó de la chistera, el piloto de Ferrari encadenó su segunda 'pole' consecutiva después del viraje que dio al campeonato en Monza.

Fue un repertorio fantástico y emocionante. Singapur esconde un 'uuuuyyy' en cada curva. Los pilotos ingresan en la imagen de televisión afilando los muros con las llantas de sus neumáticos. Da la sensación de que todos van a impactar contra el hormigón, pero en última instancia se transforman en coches de radio-control. Alguien acciona una tecla y por un sortilegio regresan al raíl y siguen en la pista.

Alonso arriesgó tanto como todos. Él se juega el Mundial, pero Alguersuari lucha por su supervivencia, Schumacher por su prestigio y Di Grassi por una vida mejor. Alonso pasó rozando los muros con el cuchillo entre los dientes. Ha llegado el momento de ganar o perder el campeonato y el piloto asturiano tiene el gen: se mueve como nadie en los callejones sin salida. Hoy saldrá primero a las 14 horas.

Y eso que la noche se torció para Ferrari desde el minuto uno. Apenas se había lanzado Felipe Massa a dar unas cuantas vueltas al circuito, su coche dijo basta y se quedó parado en medio de la pista. Inquietud porque al bólido de Alonso le sucedió lo mismo el día anterior. El brasileño tuvo que recorrer a pie, pesaroso y abatido, el camino hasta el garaje de Ferrari. Su equipo informó que fue un problema electrónico en la caja de cambios. Hoy saldrá el último. Ferrari, de norte a sur, primero y farolillo rojo.

El circuito parecía propicio para una nueva reedición del gobierno Red Bull. Curvas rápidas, lenta velocidad de crucero, asfalto sin rectas, el tipo de escenario que han dominado durante todo el campeonato Vettel y Webber, sobre todo los sábados. Sucede que ha llegado la hora y Ferrari ha exprimido su imponente maquinaria y la ambición de su piloto estrella. Valen los mismos mensajes de todo el año, los que ha repetido Alonso un día sí y otro también: los viernes no revelan nada, los sábados no se ganan puntos y el pastel se merienda el domingo. Ya está ahí, intimidador y voraz con la victoria a la vista.

«Empezar a luchar»

«Esperaba que los Red Bull estuvieran más fuertes, pero tenerlos segundo y quinto es una buena noticia para nosotros -dijo el español-. No me preocupa nada ni la salida, ni nuestro sistema de salida, ni el tiempo. La 'pole' es el mejor sitio para empezar a luchar», declaró el asturiano al finalizar la prueba.

Jaime Alguersuari paladeó la miel de entrar en la Q3 (los diez mejores) por primera vez en la temporada. Peleó a brazo partido con Schumacher y Kobayashi y se quedó a menos de una décima de su objetivo. Saldrá undécimo. Claramente ha progresado en la montaña rusa de los sábados. Hasta la fecha su mejor colocación en la parrilla era el puesto 11 en Bélgica. Heidfeld, el sustituto de Pedro Martínez de la Rosa, no mejoró a su antecesor. Fue decimoquinto, a un segundo de su compañero en Sauber Kobayashi.

Alonso está tercero en el Mundial con 166 puntos, a 16 de Hamilton y 21 de Webber. Un punto por detrás está Button.