La Viña pone en pie al Alameda
David Palomar presenta su nuevo disco en la Bienal de Flamenco de Sevilla
SEVILLA. Actualizado: GuardarLa noche del jueves, uno de los jóvenes talentos abanderados del discreto renacimiento del cante gaditano presentó su segunda obra discográfica dentro del marco de la Bienal de Sevilla bajo el epígrafe 'Cádiz eterna'. En el relativamente humilde Teatro Alameda, espacio reservado para los artistas todavía en vías de la consagración, David Palomar desplegó temas de su flamante trabajo titulado 'La Viña: cantón independiente'.
Lejos de un recital de cante al uso, David entregó un montaje digno del mejor escenario internacional, curradísimo y completo, con siete músicos de apoyo, coro de cuatro voces y tres artistas invitados que llenaron el reducido escenario y dieron fe del deseo del joven cantaor de llevar el nombre de Cádiz a lo más alto.
Con la insólita imagen de un cantaor con atril, empezó con tintes contestatarios, letra y rap gentileza de Cifra 3, criticando el ajetreo de la vida moderna y el abuso del poder en general. A continuación, unos fandangos de Palomar acompañados al bajo eléctrico. Por tientos, la estética orientaloide es reforzada con una discreta y enriquecedora percusión 'étnica'. El coro de voces sitúa el ambiente 'pop', y una canción por bulería que habla de Jerez es una pequeña joya de buen gusto. A todo esto, destacar que los versos de todos los temas vienen firmados por Juan José Téllez, Jesús Bienvenido y el mismo Palomar.
Un tanguillo con aires de Carnaval tiene por tema la invasión napoleónica, y gracias a la personalidad expansiva de David, alcanza niveles sublimes de la gracia autóctona. El estupendo guitarrista Ricardo Rivera deja su instrumento momentáneamente para demostrar su famoso sentido del humor, y es un detalle que pregona y reitera las intenciones desenfadadas de este trabajo.
Una rumba pop-rock refleja los comienzos del cantaor, pero volvemos al cante clásico que tan bien domina con la ayuda del guitarrista invitado, el admirado maestro Rafael Rodríguez. Otro invitado es el moronense guitarrista Daniel Méndez que arropa unas excelentes bulerías en las que el cantaor es una especie de Diego Carrasco gaditano, demostrando su dominio del compás, su simpático baile y su veneración por las figuras del pasado haciendo hincapié en Chano Lobato. Después de unas sevillanas a teclado, Palomar rinde el homenaje más elocuente: delante y en solitario, sin acompañamiento alguno, canta las alegrías, romeras y cantiñas clásicas de su tierra poniendo en pie a todos los presentes.