San Fernando 1810-2010
Las grandes ideas que escuchamos deben hacernos renovar la fe en los valores democráticos
Actualizado: GuardarTodos los poderes del Estado, a su máximo nivel de representación, se concentraron ayer en San Fernando para asistir a la sesión institucional del Congreso y el Senado que conmemoraba el bicentenario de la constitución de las Cortes de 1810, que darían lugar a la Carta Magna de Cádiz, La Pepa. Presidido por los Reyes, el acto contó con la asistencia de los presidentes de ambas cámaras, de la ministra de Igualdad en nombre del Gobierno, los presidentes del Tribunal Constitucional y del Supremo, el presidente de la Junta de Andalucía, el jefe del Estado Mayor de la Defensa y máximas autoridades locales, provinciales y regionales, los portavoces de los grupos parlamentarios, presidentes de diversos Parlamentos iberoamericanos y embajadores. Este alto nivel de representación da idea del alcance de la fecha que se celebraba y que cobró un sentido renovado de actualidad en los discursos oficiales. Así, el Rey consideró las Cortes de la Isla de León como un símbolo de consenso y animó a continuar este espíritu, para construir «una España moderna, unida, diversa y solidaria, en torno a una Constitución de todos y para todos». Celebramos también, en palabras de José Bono, presidente del Congreso, «el día que la España democrática cumple 200 años», el «orgullo de una nación antigua», surgida precisamente de esta tierra. Las grandes ideas que escuchamos de boca de los principales poderes del Estado deben hacernos renovar la fe en los valores de la democracia, «en tiempos particularmente difíciles», dijo don Juan Carlos, y en nuestras capacidades como pueblo. En la pequeña lectura local, isleños, gaditanos, ciudadanos de la Bahía, tenemos la oportunidad de recuperar la confianza en nosotros mismos a través de los valores de nuestra historia, «orgullosos de nuestra identidad», dijo el Rey, y disponernos a «tomar la riendas de nuestro destino», con decisión y empuje. La fecha ha quedado suficientemente bien celebrada, pese a las dudas y temores, con un cúmulo de actos de desigual calado, gracias al empaque de la celebración institucional, acorde con la importancia de la efeméride. No cabe sino felicitarse por ello y felicitar a sus protagonistas.