Un magistrado del Supremo discrepa del juicio a Garzón
El juez Joaquín Giménez alega que el instructor Varela «no tenía apoyo legal» para asesorar a Manos Limpias en su escrito de acusación
MADRID. Actualizado: GuardarPrimera fisura en el tribunal que juzgará a Baltasar Garzón por presunta prevaricación en la investigación de los crímenes del franquismo. El magistrado del Tribunal Supremo Joaquín Giménez discrepó ayer de la forma con la que su compañero Luciano Varela avaló el escrito de acusación del pseudosindicato Manos Limpias contra el juez. Giménez consideró que Varela «no tenía apoyo legal» para asesorar a la acusación popular, como hizo, lo que pudo crear indefensión a Garzón. No obstante, los otros cuatro magistrados del tribunal respaldaron la resolución del instructor del Supremo.
Los votos particulares del magistrado Giménez se incluyen en los dos autos que ayer notificó la Sala Penal, en los que desestimó los recursos por nulidad de actuaciones que interpuso la defensa de Garzón contra las resoluciones del instructor Varela, en las que éste indicaba a Manos Limpias y Falange Española de las JONS cómo tenían que hacer sus escritos de acusación. De forma posterior, Varela decidió dejar fuera del proceso a Falange por no presentar a tiempo su escrito, pero mantuvo la presencia de Manos Limpias, clave para que la causa contra el juez siguiera viva puesto que la Fiscalía no acusa.
El magistrado Giménez disiente de sus compañeros al señalar que el instructor Varela no debió dar indicaciones a Manos Limpias, ya que esta obligación es exclusiva de las acusaciones populares. Sostiene que ese amparo no encuentra precedentes jurisdiccionales, pese a que el tribunal justifica que Varela tenía cobertura legal para orientar los escritos de acusación contra Garzón, en los que le piden 20 años de inhabilitación por prevaricación.
Finalmente, el magistrado discrepante estima que Varela debió de tener en cuenta los primeros escritos de acusación para resolver si eran suficientes para llevar a Garzón a juicio. En ese caso, añade, hubiera tenido que decidir si continuaba con la causa o, por el contrario, apartaba a una o a las dos acusaciones del proceso. En ese supuesto hubiera tenido que acordar el archivo de la causa, ya que no hubiera habido partes acusadoras.
«Mera irregularidad»
El tribunal, por su parte, justifica que el instructor Varela asesoró a las partes en aspectos que no acarrearon indefensión a Garzón. En concreto, se trataba de la inclusión de elementos sobrantes de los escritos, «un defecto formal que no pasa de mera irregularidad», alegó el magistrado Adolfo Prego, conocido por sus posiciones conservadoras.
Los dos autos del tribunal llevan fecha de 28 de julio. Eso significa que llevan dos meses sin habérselos notificado a las partes. Fuentes jurídicas explican este retraso por la voluntad de no interferir en la reelección a la presidencia de la Sala Penal del Supremo. Un cargo que fue renovado este jueves tras obtener el magistrado Juan Saavedra 13 votos por 6 de su rival, el magistrado discrepante Joaquín Giménez.
Precisamente, Saavedra formará parte del tribunal que juzgará este otoño a Garzón y obtuvo los votos de los vocales conservadores del Poder Judicial y del grupo de progresistas liderado por Margarita Robles, vieja enemiga del juez.