Rusia promete limpiar de excesos atómicos el Ártico
MOSCÚ. Actualizado: GuardarUno de los compromisos adquiridos por Rusia ante los países ribereños del Océano Glacial Ártico desde hace más de una década es acometer la descontaminación de los mares de Bárents y Kara y de las costas que ambos bañan, la península de Kola y la isla de Nóvaya Zemliá. Pero, pese a las ayudas recibidas de otros países, de Noruega fundamentalmente, queda aún mucho por hacer. Las organizaciones ecologistas creen que en la zona se han arrojado decenas de miles de toneladas de desechos atómicos.
Los asistentes a la Conferencia Internacional sobre el Ártico, que ayer se clausuró en Moscú, han vuelto a plantear el problema a las autoridades rusas y el primer ministro, Vladímir Putin, intervino para prometer una vez más que será resuelto. «Tenemos previsto realizar una verdadera limpieza general de nuestros territorios árticos. Eliminaremos los desechos acumulados durante décadas junto a poblaciones, campos, bases militares, puertos y aeropuertos de la tundras, en las islas y en el océano», aseguró el mandatario del Kremlin.
Hasta 1992, fecha en la que la Convención de Londres prohibió los vertidos de sustancias radiactivas al mar, la antigua URSS sepultó a lo largo de las costas de Nóvaya Zemliá todo tipo de artefactos nucleares. En el fondo del mar yacen submarinos enteros y numerosos reactores, uno de ellos perteneciente al rompehielos Lenin, el primero que fue construido en la URSS.
Según el grupo ecologista Bellona, la Armada rusa producía al año en la década de los 90 más de 20.000 metros cúbicos de residuos radiactivos líquidos y 6.000 toneladas de sólidos.