Los tiempos de Chiqui
Actualizado: GuardarDespués de ver muchas series de abogados y policías, cualquier paisano cree que todo ciudadano está en la obligación de denunciar cuanto antes cualquier irregularidad o delito del que crea tener conocimiento.
Pérez Peralta es una excepción. Dice saber muchas cosas, desde hace mucho tiempo. Es un alto representante político, local y provincial, con responsabilidades institucionales. Aún así, se desmarca de la lógica que se aplicaría a cualquier vecino raso. Ayer, la rueda de prensa casi acabó en debate. Periodistas e interviniente se atropellaban e interrumpían para tratar de resolver la incógnita que planteaba el socialista: ¿cómo podía decir que conoce irregularidades supuestamente cometidas en el Ayuntamiento, que cuestan dinero de todos, y callarlas?.
El acto terminó en conversación entre los redactores, el concejal y sus asesores. Resultaba difícil digerir lo que se deducía del ataque de Pérez Peralta. Que todos los partidos conocen muchos casos de enchufismo de la formación oponente, pero prefieren denunciarlo en el momento oportuno (cuando son atacados, en campaña o precampaña) y no en cuanto tienen conocimiento de la situación. Interrogado repetidamente por ese silencio tan llamativo, el responsable socialista local reclamó su «derecho a manejar los tiempos en política».
Idéntica respuesta ofreció cuando se le preguntó si habría denunciado esas posibles contrataciones tramposas de la señora nuera o Gumersindo si Marta Meléndez no hubiera sido criticada desde el PP.
El tono era tan agrio que Peralta casi se disculpó: «Queremos ser exquisitos, estamos por hacer propuestas, hablar de programas y buscar inversiones para Cádiz, pero si sufrimos una difamación no vamos a poner la otra mejilla. Vamos a contestar. Si alguien piensa que eso supone poner el ventilador, lo siento». Y le dio al interruptor.
Durante su comparecencia, Pérez Peralta llamó al concejal del PP «ruin, miserable, explotador, mentiroso y verdugo». Además, hasta en ocho ocasiones le llamó «Ujfalusi», defensa checo del Atlético de Madrid que lesionó el domingo al barcelonista Messi con un pisotón en el tobillo.
Quizás el único nexo común es que en la política local vuelan, como nunca, las patadas.