Tribuna

Mi homenaje particular a José Antonio Labordeta

EX VOCAL DEL PATRONATO DE DOÑANA Actualizado: Guardar
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Mucho se ha escrito durante estos días sobre el hombre bueno, comprometido con la sociedad y con la libertad, coherente, polifacético (cantautor, poeta, escritor, político.), generoso, directo, y muchas más cosas, que fue José Antonio Labordeta, tristemente fallecido. Pero poco sobre su compromiso ambiental y su tajante militancia antinuclear. Es de esto de lo que quiero dejar constancia.

Lo conocí a finales de los años setenta, cuando el idealismo estaba a flor de piel y los multitudinarios congresos ecologistas nos hacían creer que íbamos a cambiar el mundo: Cercedilla, Daimiel, Navacerrada. Congresos a los que él asistía, participando y pidiendo apoyos para impedir un plan de nuclearización que pretendía, ni más ni menos, que la instalación de seis centrales nucleares en territorio aragonés. Dos de ellas irían en Chalamera, en la ribera del Cinca, sobre una ermita románica. José Antonio me regaló un disco con una canción que había compuesto sobre el tema. «Que no se nos lleven el agua, en beneficio de fuera, ni construyan la central nuclear en Chalamera».

Estos proyectos de centrales nucleares dieron lugar a una intensa movilización ecologista en Aragón: Coacinca (comunidad de afectados por la central nuclear del Cinca), contra la pretendida instalación de una central nuclear en Chalamera, y otras muchas organizaciones, como Deiba, Aeorma (similar a la de Madrid), Ansar, Asamblea Ecologista, etc., en la que Labordeta participó activamente, haciendo patente su compromiso con el medio ambiente, que no es otro que el compromiso con su tierra, del que siempre hizo gala.

Recuerdo un encuentro con él en diciembre de 1996, en Madrid, en el acto de homenaje que Amigos de la Tierra -siendo Secretario General Humberto da Cruz, lamentablemente también fallecido- tributó a José Antonio Labordeta y a Manuel Torreiglesias que, desde dos ángulos diferentes, como eran la participación en los movimientos sociales de uno y los programas de radio y televisión del otro, mantenían una trayectoria coherente de compromiso ambiental.

A Labordeta le vamos a echar de menos, porque este país está muy necesitado de gente generosa y luchadora como él.