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China aumenta el nivel de tensión con Japón en la disputa de unos islotes

SHANGHAI. Actualizado: Guardar
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Si no fuera porque en sus alrededores se esconden prometedores yacimientos de gas y petróleo y generosos bancos de atunes, las islas de Diaoyu serían a China lo que la roca de Perejil a España. Como en el caso del islote que provocó la crisis bélica entre nuestro país y Marruecos, en estos peñascos situados al noreste de Taiwán sólo sobreviven las cabras. Pero nacionalistas de los dos países que se disputan su soberanía, China y Japón, tratan ocasionalmente de establecer allí su bandera. Para evitar resquemores, en 2008 ambos estados decidieron denominar al Mar del Este de China un «mar de paz, cooperación y amistad». Pero la realidad queda muy lejos de esta ficción de fábula.

La importancia de las Diaoyu en la geopolítica asiática ha vuelto a quedar en relieve con una nueva batalla diplomática entre los dos gigantes del continente, cuyas relaciones habían mejorado sustancialmente tras las disculpas de Tokio por las atrocidades cometidas en China durante la Segunda Guerra Mundial. Después de detener todo tipo de encuentros bilaterales, el primer ministro del gigante asiático, Wen Jiabao, elevó ayer el tono desde Nueva York al advertir de que «China tomará nuevas medidas y Japón deberá soportar las consecuencias».

Todo comenzó el pasado 7 de septiembre, cuando un pesquero de bandera comunista colisionó, en circunstancias más que turbias, con dos patrulleras japonesas que trataban de alejarlo de los islotes. Tras el choque, las fuerzas niponas apresaron al buque con toda la tripulación. Los gritos de los manifestantes chinos contra Tokio fueron acompañados de duras declaraciones del Gobierno de Pekín, cuyas palabras demostraron que el Gran Dragón ya echa fuego en la escena política internacional.

El país del Sol Naciente decidió liberar a todos los marineros seis días después de la detención, menos al capitán, Zhang Qixiong, que continúa en prisión a la espera de ser juzgado. Aunque no está muy claro de qué. Por lo visto se comportó de forma agresiva y la colisión podría no haber sido fortuita.

El día 29 vencerá el período límite para presentar cargos y la crisis parece estar lejos de encontrar solución. Jiabao exige la inmediata liberación de Qixiong y acusa a Japón de ser el único responsable del deterioro de las relaciones entre ambos estados. Sin embargo, Tokio asegura que varios buques de guerra, incluidos destructores y submarinos, surcaron sus aguas territoriales durante unos ejercicios militares en el Océano Pacífico.