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Crece la represión en Egipto ante las elecciones de noviembre

Al-Baradei, erigido en líder de la oposición, llama al boicot de las legislativas por los desmanes del Gobierno

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Detenciones de activistas, guerra de carteles y presiones a los medios de comunicación. El Gobierno de Hosni Mubarak no ha dudado en recurrir al juego sucio de cara a las elecciones legislativas del próximo noviembre, y con la vista puesta ya en las presidenciales de 2011. Mientras tanto, la oposición ha hecho un llamamiento al boicot de los comicios y se aferra a un aliado difícil de controlar por el régimen: Internet.

Desde que el ex secretario general de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), Mohamed al-Baradei, regresara a Egipto el pasado febrero, la política del país del Nilo no es lo que era. A pesar de que es bastante improbable que el Premio Nobel de la Paz consiga terminar en las próximas elecciones con 30 años de régimen anquilosado, con sus correspondientes tentáculos extendidos por todos los estamentos del sistema, sí es cierto que Al-Baradei ha conseguido aportar ilusión a una oposición jibarizada y desencantada con el futuro.

El ex secretario de la AIEA les ha pedido ahora que boicoteen las elecciones. «Si nadie excepto el Partido Nacional Democrático concurre, entonces el régimen tendrá que acceder», asegura Al-Baradei, que quiere desenmascarar a la «falsa democracia» egipcia.

El control gubernamental sobre gran parte de los medios de comunicación tradicionales ha llevado a la nueva oposición a explorar las posibilidades de Internet, donde se libra la última batalla política egipcia. Desde que se especulara con una posible candidatura de Al-Baradei a los comicios presidenciales, los apoyos no le han faltada en la Red. Su página de Facebook cuenta con más de 250.000 amigos. El posible candidato utiliza también Twitter y su propuesta para reformar la Constitución egipcia ha recabado casi un millón de firmas en Internet.

El mayor grupo opositor, los Hermanos Musulmanes, prohibidos en Egipto aunque tolerados por las autoridades, también son veteranos en el uso de las nuevas tecnologías. Su página web, disponible en inglés (www.ikhwanweb.com), es una de las más activas del panorama político del país.

Fotografías en bañador

Puede que los seguidores de Al-Baradei o los islamistas conozcan bien el poder de la Red para transmitir su mensaje de cambio, pero los acólitos al poder tampoco andan cortos. Tanto para respaldar a Gamal Mubarak, hijo del presidente, como posible sucesor -sus grupos de apoyo se extienden por Facebook-, como para utilizar el lado más oscuro de la Red para desacreditar a la oposición.

Leila Al-Baradei, hija del Nobel de la Paz, ha sufrido las artimañas de los seguidores del presidente Mubarak. Sus fotografías en bañador y con una copa de vino en su boda han sido la comidilla de medios de comunicación, tertulias y patios de vecinos desde que una supuesta «amiga» suya las publicara en Facebook para dar a conocer a los egipcios la «licenciosa» vida de la familia Al-Baradei.

Pero si la hija abogada del Nobel ha experimentado en sus carnes lo que es el juego sucio electoral, más literalmente lo han hecho Amer Salah, del Instituto de El Cairo para el Estudio de los Derechos Humanos, o Walid Shawki, de la Asociación Nacional por el Cambio (ANC), fundada por Al-Baradei. Ambos activistas fueron detenidos por separado e interrogados.