El agujero negro de la Santa Sede
La gestión financiera de la cúpula de la Iglesia se observa con lupa desde que el 'escándalo del Ambrosiano' en 1982 sacudió sus cimientos
ROMA. Actualizado: GuardarEs la primera vez que la Justicia italiana actúa directamente contra el IOR, desde que en 2003 el Tribunal Supremo admitió su jurisdicción sobre la banca vaticana. En el escándalo que estalló en 1982 en el Banco Ambrosiano, un brazo del IOR para lavar dinero de la Mafia, la logia masónica P-2 y la política, la cúpula corrupta de la entidad, con el cardenal Maracinkus a la cabeza, pudo refugiarse en el Vaticano y escapar a los tribunales. Garantizaban su impunidad los acuerdos entre Italia y la Santa Sede. Con un agujero de 2.000 millones de dólares y sociedades en paraísos fiscales, los otros implicados ilustres acabaron peor. El banquero Roberto Calvi, ahorcado en un puente de Londres, y el mafioso Michele Sindona, envenenado con café al cianuro en la cárcel. Así de sucio era el asunto.
El Vaticano no reconoció ni explicó nada, pero admitió responsabilidades morales y pagó 400 millones de dólares a acreedores. Después reformó el IOR en 1990 y nombró otro presidente, Angelo Caloia, pero el banco siguió siendo un agujero negro de legalidad, pues no responde ante nadie y es totalmente opaco. Fundado en 1942 para gestionar patrimonio eclesiástico y donaciones con fines religiosos y de caridad, cuenta con 130 empleados, un patrimonio de 5.000 millones de euros y 44.000 cuentas reservadas, en las que no hay nombres, sólo códigos, ni recibos.
En 1993 el escándalo de Manos Limpias destapó que reciclaba el dinero de las comisiones de los partidos, pero Caloia tampoco pudo ser procesado. Un libro explosivo, 'Vaticano S. A.', de Gianluigi Nuzzi, publicado el año pasado revela una mole de documentación interna acumulada durante un cuarto de siglo por un prelado que, escandalizado de lo que veía, al morir la confió a un periodista «para que todos sepan lo que ha ocurrido». Describe una gigantesca lavandería de dinero negro enmascarada de obras de caridad. En Italia el libro se ha silenciado, pero justo después fue relevado Caloia y sustituido por Gotti Tedeschi.