SCARIOLO... OUCH

A la finalización del último partido en el Mundial de baloncesto en Turquía, los mil aficionados españoles que aún quedaban en las gradas tenían un mensaje claro: «Scariolo dimisión». Era la peor clasificación del equipo en 15 años.

Nosotros desde casa y con cara de pocos amigos vimos estrellarse a un equipo hecho para ganar oros o platas con sabor a oro a manos de Estados Unidos. Cuando se tiene un equipo sobresaliente y te estrellas ante Francia, Lituania y Serbia es que algo se ha hecho mal o que no estás sabiendo sacar provecho del grupo que tienes. El responsable de sacar lo mejor es Scariolo.

Pero como criticar en líneas generales es muy fácil, sólo hay que entrar un poco en detalles para ver que todo era muy mejorable. Empezando por la preparación, y barriendo para casa, el glamour de Las Palmas quizás no ha sido tan efectivo como el trabajo en el complejo deportivo de Bahía Sur en San Fernando. Siguiendo por la convocatoria de jugadores, dejando fuera a verdaderos 'cracks' como Rafa Martínez, Carlos Suárez o Sergio Rodríguez en beneficio de jugadores que ya han dado lo mejor que tenían al grupo, como Mumbrú o Garbajosa. Incluso es discutible la convocatoria de Claver, que lleva tiempo sin rendir al máximo como consecuencia de lesiones. Se ha querido vender que había un grupo enorme y finalmente han jugado los justos.

Con Calderón la cosa no hubiera cambiado demasiado, no estaba en buen forma, al igual que Ricky Rubio, al que se ha empeñado Scariolo en dar minutos perjudicando a Raúl López.

Y podríamos seguir, malas decisiones en jugadas de últimos segundos, sustituciones mecánicas y a veces no muy lógicas. No es un fin de ciclo, que nadie quiera vender eso. Tampoco es 'Gasoldependencia', es simplemente que si a usted o a mí nos dan un F-1, no podremos hacer los mismos tiempos de Alonso. Esperemos que cambien al piloto de nuestra selección, aunque a día de hoy, aunque parezca increíble, parece improbable.