La zona, bordeada por los paneles de madera que son arrancados y que se sustituirán. :: ÓSCAR CHAMORRO
CÁDIZ

El Ayuntamiento se resigna ante el vandalismo en Astilleros

Las piezas de madera del suelo del paseo marítimo que arrancan los gamberros serán sustituidas por hormigón

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Había que elegir entre tres posibilidades. La primera sería vigilar, perseguir y sancionar a los gamberros. Pero es cara, compleja y costosa. La segunda sería sustituir una vez tras otra las piezas de madera que un grupo de indeseables arranca una y otra vez en el nuevo paseo marítimo de Astilleros, pero supone un desembolso considerable (entre 60.000 y 80.000 euros cada pocos meses) que sale del bolsillo de todos los gaditanos. Por último, quedaba una tercera opción: sustituir las piezas de madera por otras que sea imposible arrancar, es decir, por un material que precise de pico y pala o maquinaria pesada cuando alguien pretenda destrozarlo. El Gobierno local, con una confesa decepción de sus dirigentes, adoptó ayer la última de las posibilidades.

El paseo marítimo que separa del mar el barrio de más reciente creación en Cádiz apenas tiene cinco años de existencia pero ya ha tenido que ser reparado en varias ocasiones por los daños que causan los actos vandálicos.

Pantalanes hundidos, barandillas metálicas cortadas y piezas de madera arrancadas del suelo forman el botín inservible pero dañino para la comunidad que se cobran unos cuantos gamberros que, según la alcaldesa, han sido identificados, al menos, una vez.

Su labor destructiva desluce el aspecto de una nueva zona de esparcimiento y provoca un desembolso constante. La última reposición se produjo en 2009 y costó 80.000 euros. Un año después, todo vuelve a estar igual de destrozado.

El Ayuntamiento, harto de gastar dinero por las gamberradas, ha decidido sustituir la tablas de madera del suelo por hormigón pretensado que imita su aspecto.

La alcaldesa, Teófila Martínez, admitió, sin disimular su fastidio, que el cambio supone «perder calidad y estética» pero argumenta que «no podemos poner a un policía detrás de cada gamberro ni asumir esos costes cada dos por tres».

«Dañar por dañar»

La regidora resaltó la mala fe de los autores de los destrozos «que ni siquiera se llevan lo que arrancan, no lo quieren para nada, lo tiran al mar» y su premeditación «para quitar los tubos metálicos de la balaustrada hay que llevar herramientas concretas, cortar y hacer una torsión... No es un destrozo que se les ocurra en un momento, es dañar por dañar».

Esa solución, en cualquier caso, sirve para frenar los daños en uno de los elementos atacados, el suelo, pero mantiene la situación tal y como está en el caso de las balaustradas y los pantalanes.

La alcaldesa insistió hasta por tres veces en que ese paseo marítimo se extiende hasta Puntales y que en esa zona no se producen ataques de ningún tipo. Su velada acusación a menores que viven en la zona de Astilleros se convirtió en una queja directa cuando añadió que funcionarios de la Policía Local han sorprendido en algunas ocasiones a los cafres y han descubierto que «son vecinos de viviendas del entorno».

Este anuncio de cambio de materiales se produce pocos días después de que la candidata a la Alcaldía por el PSOE, Marta Meléndez, visitara el barrio de Astilleros y denunciara el alto grado de desperfectos que presentaban muchas de sus instalaciones. El Gobierno local le contestó con la factura de las reparaciones realizadas en 2009.