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ETA tuvo que recurrir a activistas quemados para resucitar EKINEneko, uno de los trillizos del entorno etarra
El CNI y la Guardia Civil supieron de la refundación del 'aparato político' de la banda días después de la primera reunión
MADRID. Actualizado: GuardarLa nueva EKIN, la nueva 'bizkar hezurra' (columna vertebral) de la izquierda 'abertzale' como gustaban llamarse, nació en realidad muerta. Entre los 'invitados' de excepción del alumbramiento en el invierno de 2009 del refundado 'aparato político' de ETA estuvieron desde el principio agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y de la Jefatura de Información de la Guardia Civil. Los mismos que el martes desarticularon la nueva cúpula política con la detención de sus nueve dirigentes a los que habían seguido durante meses a cerca de 50 reuniones.
Y es que la nueva 'estrategia secreta' de ETA para recuperar el control del mundo radical independentista era todo menos secreta. Según desvelaron ayer mandos de la lucha antiterrorista, la banda terrorista se vio abocada a recurrir al 'top ten' de sus activistas más 'quemados' (fichados con largo historial delictivo) ante la imposibilidad de contar con otros militantes de confianza que estuvieran en libertad.
En las últimas semanas del pasado año la cúpula terrorista dio luz verde a que esos 'quemados' lideraran la refundación de EKIN tras casi una década en estado 'durmiente'. El detonante de esa arriesgada decisión -apuntan los informes de Información- fue la desarticulación de 'Bateragune'. La plataforma auspiciada por Arnaldo Otegi y Rafael Díez Usabiaga, desmantelada en octubre de 2009 a manos de la Policía y del juez Baltasar Garzón, no tenía el visto bueno de los más 'duros' de la banda terrorista y, tras la caída en desgracia del proyecto de los 'posibilistas' de la izquierda 'abertzale' para volver a las instituciones, ETA vio la oportunidad de recuperar el control total de ese mundo.
Los elegidos para liderar la nueva EKIN fueron, en principio, cuatro: Ugaitz Elizarán, Erika Bilbao, Rosa Iriarte y Egoitz Garmendia. Los cuatro, antes incluso de dar su 'sí' al nuevo proyecto de ETA, ya eran seguidos muy de cerca por los servicios de Información.
La designación de Elizarán para coordinar las actividades de EKIN en Guipúzcoa se desveló con un error de bulto por parte de ETA. Este activista, que ya había sido condenado a tres años de cárcel por dirigir Segi (las juventudes pro etarras), estaba especialmente en el punto de mira de las fuerzas de seguridad en los días que decidió embarcarse en el proyecto terrorista, ya que solo unas semanas antes, el 19 de octubre de 2009, su hermano Aitor, entonces jefe político de ETA, había sido detenido en Francia. El perfil de los otros ocho detenidos, con funciones subordinadas, era muy parecido con todo tipo de antecedentes policiales y judiciales: desde la supuesta colaboración para la venta de 'bonos' para las arcas de ETA a intervenciones notables en la 'kale borroka'.
Al final, de los nueve dirigentes de la nueva Ekin ETA solo fue capaz de encontrar un nombre 'limpio': Urko Aierbe .
Un nombre es la prueba más palpable de que ETA tuvo que recurrir al 'top ten' de sus activistas quemados para resucitar EKIN: Eneko Compains Silva, uno de los trillizos que el entorno etarra tiene en su cantera. Eneko y sus hermanos Mikel y Joseba, nacidos en Pamplona en 1981, acarrean a sus espaldas un amplio historial delictivo. Los tres hermanos, con tan solo 16 años, fueron detenidos acusados de ser miembros de un activo 'talde Y' de apoyo a ETA en Navarra. En enero de 1999 fueron arrestados los tres, de nuevo, entonces por su relación con la 'kale borroka'. En octubre de 2003 la Policía Nacional capturó a Eneko y Joseba en una operación contra el aparato de captación e infraestructura de ETA. Ambos, supuestamente, habían dado el salto a la organización terrorista, mientras Mikel se había quedado por el camino. Ahora, el que se ha quedado en las filas de la banda es Eneko.