Más de 200 estudiantes de la zona rural de Jerez no fueron a clase
JEREZ. Actualizado: Guardar«No es que no queramos que los niños vayan a clase, es que no pueden ir». Así de claramente argumentan su postura las familias afectadas por la supresión del transporte escolar para los centros Semi-D (colegios de Primaria de la zona rural que imparten también primero y segundo de ESO). El inicio del curso escolar ha supuesto para medio centenar de familias de la zona rural un auténtico quebradero de cabeza porque a muchos les resulta imposible llevar a sus hijos a clase y recogerlos cada día.
Tras la protesta de ayer, los niños tampoco se incorporarán hoy a las aulas y todavía está por ver que puedan hacerlo mañana viernes. La Plataforma por una Educación de Calidad en la Campiña de Jerez está pendiente de la reunión que mantendrán hoy con los delegados municipales de Educación y Medio Rural, Juan Salguero y María del Carmen Martínez: «Siempre que dispongan de autobús escolar, los niños irán a clase el viernes», aseguró ayer la portavoz del colectivo, Paqui Morales.
Dadas las circunstancias, entre 150 y 200 estudiantes pertenecientes a los cinco centros afectados por la supresión del transporte escolar para la Secundaria en la zona rural no acudieron ayer a las aulas mientras que sus madres se concentraron a las puertas de los diferentes colegios (La Ina, Lomopardo, Cuartillos, El Portal y Torrecera) para protestar. Lo mismo harán hoy y están dispuestos a intentarlo todo: «Tengo a mi hija en Primaria y a mi hijo en Secundaria. ¿Por qué mi hija tiene derecho a subirse al autobús y el mayor no?», se preguntaba ayer a las puertas del CEIP Lomopardo una de las madres afectadas, Yolanda Hierro. «En vez de regalar un portátil en Secundaria, a los afectados por el transporte les tendrían que haber dado un patinete para que vayan al colegio», dijo con sorna.
Sin solución
Los niños de Los Albarizones, La Corta, la finca El Toro y Las Pachecas son los usuarios del transporte escolar para el CEIP Lomopardo. «Este colegio está creciendo y tiene unos 130 alumnos. No es un centro que se esté muriendo», insistió por su parte la presidenta de la asociación de madres y padres del centro escolar y a la vez delegada de Alcaldía, Cati Hidalgo.
La aparición de unos candados en la cancela del colegio de Torrecera provocó un pequeño altercado. La Guardia Civil acudió al lugar para retirar los cerrojos y según el alcalde pedáneo, Manuel Bertolet, «no hubo un enfrentamiento directo pero sí cierta tensión» con los manifestantes.