ESPAÑA

Montilla advierte a Zapatero que sus guiños no van a calmar a Cataluña

El PSC descarta pactar con CiU si no renuncia a la idea de convocar referendos ilegales sobre la independencia

MADRID/BARCELONA. Actualizado: Guardar
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José Luis Rodríguez Zapatero no tendrá fácil apaciguar las aguas de Cataluña. El presidente de la Generalitat, José Montilla, aprovechó ayer el acto de celebración de la 'Diada Nacional de Cataluña' en Madrid para advertir al Gobierno de que los «guiños bienintencionados» no bastarán para resolver la «crisis político-institucional» abierta por la sentencia del 'Estatut'.

El aviso, realizado durante una recepción en la Residencia de Estudiantes, llega justo en el momento en el que el Gobierno y la Generalitat mantienen abierto un diálogo para tratar de sortear las limitaciones impuestas por el Tribunal Constitucional a la aplicación de determinados preceptos del marco estatutario catalán.

«Yerran quienes piensen que el malestar de Cataluña es coyuntural o pasajero -insistió-; llevo tres años advirtiendo de los riesgos de un sentimiento creciente de desafección». Fue el propio Montilla, sin embargo, quien en su reunión veraniega con Zapatero en La Moncloa se negó a especificar qué es lo que pretendía obtener exactamente en las negociaciones que ahora mantiene con el Ejecutivo y se limitó a reclamar «gestos».

El líder del PSC, de nuevo candidato a la presidencia en los comicios del 28 de noviembre, aseguró que estas elecciones serán clave para «definir y defender» el tipo de relación que Cataluña quiere mantener con «el Estado español y con los demás pueblos de España».Afirmó además que su partido está por la unidad, pero aspira a una España que "sepa evolucionar institucionalmente" hacia el reconocimiento de su "realidad plurinacional".

Claridad

Ante destacados dirigentes de su formación, como la ministra de Defensa, Carme Chacón, o el aún ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, y representantes de la judicatura, como la portavoz del CGPJ, Gabriela Bravo, el 'president' catalán defendió en todo caso que su postura respecto a lo que pretende que sea Cataluña siempre ha estado clara, pero exigió lo mismo del resto de partidos, especialmente, de CiU.

«Yo he pedido juego limpio y claridad -señaló-; los ciudadanos merecen que la concordia sustituya al enfrentamiento». Así lanzó un mensaje contundente contra «separados y separatistas». En este sentido, el portavoz de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, advirtió unas horas antes su partido no va a pactar después de las elecciones con CiU salvo que «renuncien a hacer referendos ilegales».

Iceta, que hizo extensivo a Esquerra Republicana el requisito planteado a CiU, se refería a la posición ambigua que mantiene la federación nacionalista sobre este tipo de consultas.

El dirigente de los socialistas catalanes también arremetió contra una de las propuestas estrellas del programa electoral de CiU para el 28 de noviembre, el Concierto Económico, una figura, dijo, que «no cabe en la Constitución», aunque ello no significa que Cataluña pueda aspirar a tener el mismo nivel de financiación que el que tienen el País Vasco y Navarra.