Fernando Alonso disfrutó en Monza con la alegría de los tifosi. :: EFE
Deportes/Motor

Un nuevo mundo para Alonso

El piloto asturiano afrontará cuatro circuitos en Asia, que en teoría favorecen más a Red Bull, y su trazado fetiche de Brasil

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Llega Fernando Alonso al castillo número 1 de Ferrari, epicentro del paddock en Monza, y una ovación cerrada le saluda entre vips, invitados y personal del equipo. Llega el jefe Stéfano Domenicali al castillo número 2 de Ferrari, en comparecencia de prensa, y la misma salva de aplausos le pone colorado. Son periodistas, la mayoría italianos, que no pueden reprimir el entusiasmo. «Calma, calma», acierta a decir Domenicali, tipo prudente, poco dado a los excesos. Un nuevo mundo se ha abierto para Alonso y su equipo. Cuatro carreras en Asia y una en Brasil para el sueño de su tercer mundial. Cinco citas para cinco pilotos tan apretados en la clasificación como las tuercas de un submarino, que dicen los genios locos.

Alonso ganó en Monza, incendió el Mundial y se marchó a trabajar. Directo a la factoría de Maranello, donde permanecerá un par de días apurando reuniones, analizando datos, procesando telemetrías y dando vida al simulador. Regresará luego a España con la agenda repleta. Acudirá al programa de Pablo Motos, El Hormiguero, más reuniones en Madrid y cerrará la semana con un acto en Gijón de uno de sus patrocinadores. Muy a su pesar porque no tendrá tiempo de vivir ciclismo en directo. Iba a acompañar a su amigo Carlos Sastre en la contrarreloj de Peñafiel en la Vuelta.

Por delante afronta otro desafío. Un Mundial en cinco actos, con más posibilidades de perder que de ganar, callejón sin salida, al todo o nada. Cinco carreras en cinco circuitos que la teoría no establece como propicios para el F10.

Más morbo para la cuesta arriba del español. Singapur, Japón, Corea del Sur, Brasil y Abu Dabi. Cuatro en Asia y una en Suramérica, de un lado a otro del mundo hasta el 14 de noviembre. Y la consigna salió clara desde el campamento Ferrari en boca de Domenicali. «No debemos dejar que la emoción de ganar en Monza nos distraiga».

Cabeza fría, ideas claras

Eso pretenden en Ferrari porque el Mundial se ha ajustado tanto que sólo hay una diferencia de 24 puntos entre el líder Webber -que salvó los muebles como pudo en Monza incluyendo sospechosas órdenes de equipo- y el quinto clasificado, su compañero Vettel.

«Estamos muy felices, pero necesitamos mantener la serenidad -dijo Domenicali-. Yo no me subo a la luna cuando gano ni me fustigo cuando pierdo. Lo que tenemos que hacer es trabajar más».

El manual de estilo de la Fórmula 1 apunta que los cuatro circuitos conocidos -Corea es una incógnita- favorecen más a los Red Bull. Son revirados, no de velocidad punta, muchas curvas rápidas donde el agarre de los coches energéticos ha despuntado este año. Tal vez en Suzuka (Japón) y en Interlagos (Brasil), el Ferrari puede marcar alguna diferencia, pero son sólo elucubraciones. Tres escuderías se afanan estos días en procurar la mejor configuración para sus bólidos con vistas ya a Singapur, trazado nocturno, 24 curvas, mucha carga aerodinámica y baja velocidad media (en torno a 170 kilómetros por hora).

En Ferrari lo tienen claro. A partir de ahora, el cien por cien del gasto energético va dirigido a la casilla de Alonso. Domenicali cuidó con su lenguaje pulcro a Massa: «Felipe ha demostrado que sabe aguantar la presión y que tiene carácter ante las críticas. Sabe su valor y lo que le valoramos en Ferrari. Estoy seguro de que no sucederá nada que altere el ambiente del equipo».

A buen entendedor.