Artículos

EL REPARTO

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Siempre han existido dificultades insuperables para distribuir los bienes, ya que los pobres han sido considerados como una variedad de los marcianos. No era precisamente un místico Lenin, pero coincide con San Eulogio, que se avergonzaba no solo de «tener que alimentar materia perecedera», sino de hacerlo sabiendo que hay gente que no come. Propuso (Lenin) un reparto justo de la pobreza. Una idea de indudable grandeza espiritual, si bien de difícil ejecución. Churchill, que equidistaba del santo y del revolucionario, intervino mucho después en la controversia entre capitalismo y comunismo. En su opinión, el primero distribuye desigualmente la riqueza y el segundo reparte equitativamente la miseria. En ese conflicto seguimos estando ahora, cuando España ha llegado a concentrar el 60% de los parados de toda la Eurozona y batimos la plusmarca de desempleo juvenil. Hay quienes creen que para que las cosas mejoren tienen que ponerse todavía peor y hacen cálculos sobre la duración de la crisis. Las más preclaras mentes económicas, entre las que se infiltran algunos descerebrados, sospechan que lo nuestro va a durar cuatro o cinco años más que en otros países. Cualquiera sabe. Tenemos una medida: cuando a la vendimia española vengan jornaleros franceses en número semejante al de obreros españoles que acuden a la vendimia francesa, tendremos una idea más clara.

Habrá que darle tiempo al tiempo. Lo único que sabemos de él es que es sucesivo, pero que no sucede igual para los que no tienen nada y para los que tienen mucho. No es igual aguantar el tirón si se va en el pescante que si se está tirando del carro. Desde la Moncloa se afirma que nuestra respuesta a la crisis fue la adecuada, pero desde la calle no se lo creen tampoco.