Editorial

Preparativos electorales

Las primarias socialistas en Madrid se traducen ya en fracturas profundas

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La convocatoria de las autonómicas catalanas ha supuesto el pistoletazo de salida de la secuencia electoral que tendrá en mayo el hito de las autonómicas y municipales y, ya en 2012, desembocará en las generales. Los partidos se han enfrascado en los preparativos habituales, con la confección de las listas y, en el caso del PSOE, con las elecciones primarias a imagen y semejanza de la comunidad de Madrid, cuya disputa parece tener efectos contagiosos. En Cataluña, el PSC trata de centrarse por el procedimiento de regresar a posiciones autonomistas y aparcar la vehemencia catalanista. CiU, por su parte, vuelve también atrás de sus veleidades soberanistas –independentistas– y retorna a la conocida ambigüedad, que ahora se concreta en la exigencia del concierto económico. En estas elecciones, el vector identitario tendrá, como siempre, relevancia fundamental. En las autonómicas y municipales, los preámbulos son más prosaicos y apenas se reducen a la confección de la listas, con los consiguientes forcejeos y tensiones. Las primarias de Madrid ya traducen fracturas más profundas, con el liderazgo del partido en juego. Y también en Valencia –donde Asunción disputará la primacía al secretario general, Alarte– habrá competición por la cabecera de cartel, así como en Canarias, Murcia y La Rioja. También en numerosos municipios de todo el Estado, con el riesgo que siempre comportan estos procesos un tanto cainitas. El PP, en cambio, tiene otra clase de problemas, los relacionados con la imputación por corrupción de candidatos valencianos –en Baleares, el PP regional ha decidido no incluir a ningún encausado– y con el regreso de algún líder amortizado, como es el caso de Álvarez Cascos en Asturias. Es claro que la crisis económica ha desgastado seriamente a los partidos –no solo al Gobierno, también a la oposición–, por lo que, aunque el PP tiene de momento el viento a favor, los resultados de las sucesivas elecciones irán gestando una inercia que será decisiva en las vitales elecciones del 2012. De ahí que todas las energías políticas se centren en preparar estas consultas, con olvido lamentable de otras urgencias, que sin duda son más vitales para toda la sociedad.