editorial

México: sombrío bicentenario

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Lamentablemente, el Bicentenario de la Independencia de México, a celebrar el próximo jueves día 16 y que enorgullece legítimamente a la nación, está tapado por el rosario interminable de malas noticias que llegan del gran país y siempre relacionadas con la violencia asociada al crimen y el narcotráfico, la corrupción endémica y la debilidad del Estado o la liviandad de muchos de sus servidores. Aún bajo el mazazo moral del vil asesinato de 73 pobres emigrantes clandestinos a manos de sicarios trasciende que 85 presos, la mayoría muy peligrosos, se fugaron tranquilamente el viernes de la cárcel de Reynosa, en el estado fronterizo de Tamaulipas, con la complicidad de funcionarios de la prisión. El presidente Calderón osó hacer lo que ninguno de sus predecesores había intentado: entrar en la otra sociedad, secreta y bien estructurada, creada desde el fabuloso negocio del tráfico de drogas . La batalla está solo empezada y por ahora su balance principal consiste en haber confirmado hasta dónde llega la corrupción. El gran Oscar Lewis, que nos dejó un imperecedero retrato social del México de los sesenta, atinó en muchos de sus atisbos sobre el país que amó. Su muerte le privó de ver hasta qué punto México, sin dejar de crecer económicamente, debe ser socialmente rehecho, de principio a fin.