Erdogan entra junto a su esposa Emine en el colegio de Estambul donde votaron ayer. :: REUTERS
MUNDO

Turquía se sacude la huella de la dictadura

El claro triunfo del 'sí' refuerza la apuesta de Erdogan por adaptar las instituciones a los estándares europeos y despejar el camino al ingreso en la UE El 58% de los votantes respalda la reforma de la Constitución redactada por los militares en 1982

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los turcos dieron ayer un amplio respaldo a la reforma constitucional propuesta por el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan, que elimina los privilegios del Ejército y que reformará la Justicia del país. Un 58% de los votantes se decantaron por el 'sí' en el referéndum celebrado en el país, que ha ampliado la brecha entre religiosos y seculares, y que ha reforzado al Gobierno islamista moderado frente a las élites tradicionales, que consideran que los valores laicos del país están amenazados.

«Hemos cruzado un umbral histórico en el camino de la democracia y del Estado de Derecho», proclamó un eufórico Erdogan al conocerse los resultados del referéndum. Según adelantó el primer ministro y líder del Partido Justicia y Desarrollo (AKP), la participación osciló entre el 77 y el 78%, aunque en las regiones de mayoría kurda, cuyo principal partido había pedido el boicot, la asistencia a las urnas fue escasa.

Erdogan, cuya figura sale muy respaldada por la victoria del 'sí' de cara a las elecciones de 2011, donde es muy probable que se presente a un tercer mandato, aseguró que estas reformas irán seguidas de nuevos cambios e incluso de una nueva Constitución.

Las modificaciones recortan los privilegios de los militares, amplían los derechos civiles y reestructuran el aparato judicial del país. La campaña ha monopolizado la política de los últimos meses en Turquía, y ha remarcado la división cada vez mayor que se observa entre una mayoría que apuesta por un islamismo moderado, y unas élites cada vez menos poderosas defensoras del secularismo. Consciente de la zanja que separa a los turcos, el presidente, Abdulá Gul, hizo un llamamiento a la unidad. «A partir de mañana (por hoy), Turquía necesita unirse y mirar hacia adelante. Turquía debería concentrar todas sus energías en resolver los problemas a los que se enfrenta su pueblo», subrayó.

El Gobierno sostiene que las reformas acercan más a Turquía a la Unión Europea, pero la oposición, que ha hecho campaña en bloque por el 'no', cree que las enmiendas refuerzan el poder del Ejecutivo sobre la Justicia y alejan a Turquía de los valores seculares preconizados por Mustafá Kemal Ataturk, padre del Estado turco moderno.

Las enmiendas afectan a 26 artículos de la Constitución. Entre ellos está el polémico punto provisional 15, que protegía a los militares que perpetraron el golpe de Estado de 1980 de enfrentarse a la Justicia. La reforma aprobada elimina cualquier tipo de inmunidad para los militares, y abre la puerta para que tribunales civiles puedan juzgar a miembros del Ejército en crímenes contra la seguridad del Estado y el orden constitucional. Los golpes de estado militares han sido una constante en la política turca de los últimos 50 años, por lo que las reformas pretenden circunscribir el ámbito de actuación del Ejército y supeditarlo a los poderes del Estado.

Defensor del Pueblo

Los turcos apoyaron también la reestructuración del aparato de la Justicia, para hacerlo, según los reformistas, más representativo de la sociedad actual turca. El Consejo Supremo de Jueces y Fiscales y el Tribunal Constitucional aumentarán su número de miembros, y el Parlamento podrá elegir a algunos de los componentes de este último. Asimismo, Turquía contará con un Defensor del Pueblo, que será elegido cada cuatro años. La introducción de esta figura se ha realizado a petición de la UE.

La anécdota de la jornada estuvo protagonizada por el principal líder de la oposición, Kemal Kiliçdaroglu. El presidente del partido Partido Republicano del Pueblo (CHP) no pudo votar debido a una confusión sobre el centro electoral en el que debía depositar su papeleta. Al parecer, Kiliçdaroglu, que se ha mudado recientemente, no estaba al tanto de los cambios introducidos por el Alto Comité Electoral que eliminan la posibilidad de que los los diputados voten en cualquier lugar.