Un polémico libro ataca la figura de la princesa Letizia
'Un republicana en la corte del rey Juan Carlos I' se basa en hilvanar un rumor tras otro y elevarlos a la categoría de información
GIJÓN. Actualizado: GuardarHa sido el más comentado de la semana. Un nuevo libro de repercusión garantizada porque lleva a la Princesa de Asturias en la portada y en el título y eso siempre vende. 'Una republicana en la corte del rey Juan Carlos I', de Isidre Cunill, es polémico y lleva camino de convertirse en superventas, pero también es una baratija. Una publicación que, escudándose en la defensa de los valores morales y religiosos que supuestamente deben sostener la Monarquía española, un Estado laico, desciende a las debilidades de sus principales protagonistas y se convierte en un obsesivo repaso de amoríos indocumentados del Príncipe y pretendidas faltas de comportamiento de la Princesa durante su juventud.
'Letizia Ortiz, una republicana en la corte del rey Juan Carlos I' es presentado por su autor en su prólogo como un ensayo sobre la Corona, pero realmente estamos ante un ejercicio de corta-pega de un cúmulo de chismes, faltas de ortografía incluidas, que poco o nada tienen que ver con la definición de ensayo y menos aún con el periodismo de investigación al que de forma reiterada hace alusión el autor.
En eso se basa el libro de la editorial Chronica, en hilvanar un rumor tras otro y en elevarlos a la categoría de información porque, como se justifica Cunill, «cuando el río suena agua lleva». Con argumentos como este refrán justifica el escritor catalán la pretendida veracidad de su relato. Con esto estaría todo dicho. Pero es que además el autor advierte por adelantado al lector de que no encontrará en sus páginas fuentes solventes con nombres y apellidos porque, justifica, «han preferido permanecer en el anonimato por miedo u otros motivos terrenales y crematísticos».
Falsedades
También hay datos falsos. Habla, por ejemplo, de que Letizia podía no haber sido bautizada y, sin embargo, ha sido publicada la fotografía de una Letizia vestida de Primera Comunión en Oviedo. Un libro oportunista porque aparece a escasos días del 38 cumpleaños de la Princesa (el l5 de septiembre), cuando de nuevo su figura volverá a ser objeto de balances en programas, tertulias y artículos.
El problema para Cunill es que más que el pasado de Letizia lo que está en cuestión son las razones por las que un libro como éste sale ahora a la calle. Más aún sobre si deben o no publicarse un conjunto de páginas cuajadas de tópicos, frases entrecomilladas sonsacadas de reportajes de otras publicaciones y una recopilación sin criba de todo lo que se cuenta sobre la princesa en internet. Es cierto que ella, conocedora de los entresijos de la información y sus resortes, acepta su papel institucional el día en que contrae matrimonio con don Felipe a sabiendas de que su figura, su desprotegido pasado, el de su propia familia y cada uno de sus gestos quedarían expuestos a todos en canales hasta ahora insospechados. Internet es anárquica, un fenómeno nuevo y revolucionario también para una Monarquía, que se ve desbordada. Es ahí, en los foros y páginas anónimas, en los comentarios gratuitos hechos desde detrás de la cortina, donde la constancia de la periodista, su esfuerzo por estar a la altura de sus nuevas circunstancias y su compromiso con la institución monárquica hace agua. No hay nada que hacer y en la Casa Real lo admiten. Sin embargo, el libro de Cunill sobrepasa los límites por apropiarse de todo ese tránsito informativo generado en la red.