ESPAÑA

La Diada más reivindicativa

Montilla alerta de la «pulsión separadora» que mueve a sus adversarios y se gana un aluvión de críticas

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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Dos meses después de la sentencia del Constitucional sobre el Estatut y a escasos dos meses y medio de las elecciones autonómicas, Cataluña celebró ayer su Diada nacional más reivindicativa y electoralista.

En un marcado ambiente festivo y en ausencia de incidentes (al margen de la quema de un retrato del Rey) ningún partido del arco catalán desaprovechó la cita para fijar su posición, de cara a una campaña que está próxima. El primero que abrió fuego fue José Montilla, que el jueves por la noche, en su último discurso institucional como presidente del Govern, hizo una llamada a la unidad para recuperar la economía y derrotar las «pulsiones separatistas» que mueven a sus adversarios. Se trata de defender el autogobierno, según Montilla, porque no está invalidado tras el fallo del TC. «El Estatut está vigente y es útil, lo he defendido y lo haré con todas mis fuerzas», remató.

A pesar del enfado que causó la sentencia, expresado en la manifestación que el 10 de julio reunió a un millón de personas en Barcelona, en estos momentos solo el PSC avala el Estatut. CiU, ERC e ICV lo dan por muerto y apuestan por ir más allá. Por ello, Montilla apeló a la unidad para salir de la crisis económica e institucional en la que se encuentra Cataluña.

Pero este 11 de septiembre ninguna fuerza política le cogió el guante. Más bien todo lo contrario. Tras las ofrendas que partidos e instituciones realizaron al monumento de Rafael Casanovas (máxima autoridad política de Barcelona durante el sitio de la ciudad en la Guerra de Sucesión de 1714), los líderes de las diferentes formaciones arremetieron contra el discurso de Montilla y le criticaron que ponga en el Estatut el techo al autogobierno.

«Hay que unir a la gente y cohesionarla, y no criticar determinadas pulsiones», dijo Artur Mas. «Es el momento de tirar el país hacia adelante, de hacerlo renacer, de dar prestigio al país y a sus instituciones y de ganar credibilidad», añadió el líder de CiU.

El presidente de ERC, Joan Puigcercós, por su parte, señaló que «el entendimiento con España solo será posible cuando Cataluña sea un Estado y se acabe con la actual relación de subordinación». «Me parece que el president debería ajustarse mucho más al sentimiento de la mayoría, a lo que nos une, un sentimiento de que este país es una nación y quiere decidir», añadió. Según Puigcercós, «ha llegado la hora de que Cataluña sea un Estado independiente», por lo que avanzó que si Esquerra gobierna convocará un referéndum en la próxima legislatura.

En una posición intermedia, el secretario general de ICV, Joan Herrera, afirmó que su formación no apuesta por «falsas salidas adelante», aunque tampoco desea mantener el actual «statu quo», por lo que defendió una reforma de la Constitución impulsada desde el Parlament para hacer realidad la plurinacionalidad del Estado.

Evitar el abucheo

El tripartito introdujo este año una novedad en la organización de la ofrenda floral a Casanova. Para evitar que el acto fuera aprovechado por ciudadanos para mostrar su rechazo hacia el Govern, la Generalitat decidió este año blindar la zona, alejando al público de la estatua. La medida no gustó a la mayoría de partidos, que lo interpretaron como un intento del Gobierno de silenciar el descontento de la ciudadanía. Mientras, en torno a 15.000 personas se dieron cita en el parque de la Ciudadela de Barcelona, en el acto central de la fiesta, dedicada en esta ocasión a la lengua catalana. Los gritos a favor de la independencia y las banderas esteladas se hicieron notar más que nunca.