Alonso se engancha al tren
El piloto español, que ejecutó una vuelta magnífica, no conseguía el primer puesto de salida desde el premio de Hungría en 2007 Consigue su primera 'pole' con Ferrari después de 30 carreras de sequía para su equipo
MONZA. Actualizado: GuardarPasó el último tren por la estación de Monza y Fernando Alonso lo enganchó con mano firme, bien sujeto a la empuñadura. Echó el petate al interior y se deslizó por los pasillos en busca de un destino de incierto final. En el exterior, los paisanos lo aplaudieron a rabiar porque habían comprendido que o sujetaba ese pomo o se quedaba en tierra hasta nueva orden. El asturiano se quitó unos cuantos yugos de encima y alivió a un emporio con el que vive una entrega mutua.
Conquistó la 'pole' en el santuario italiano de Monza, aquí donde se respira Fórmula 1 por los cuatro costados. Su primera 'pole' como piloto de Ferrari que, espantados los fantasmas, revierte todos los datos a favor del 'cavallino rampante'. Hacía treinta carreras que la escudería no capturaba el botín (desde Brasil, en 2008) y veinte que no lo hacía Alonso (desde Hungría, el año pasado).
Una sesión impecable, una gran vuelta y el primer peldaño frente al fiasco de Red Bull (12 de 14 'poles' este curso). Y todo, con el estómago vacío.
El vacío de Ferrari, como el de cualquier otro gigante, se disimula en la Fórmula 1, con la propaganda, marketing o como se quiera llamar al protocolo expansivo que arrastra la Fórmula 1. Ferrari llevaba casi dos años sin alcanzar el primer puesto en una parrilla de salida. Desde aquella cita final de temporada en Brasil, con Massa y Hamilton jugándose el título a brazo partido, y que coronó al británico por el adelantamiento invisible a Timo Glock.
Alonso arrastraba un agujero similar. En los últimos tres años sólo había logrado un salmón el sábado: el primer puesto de la escalera en Hungría 2009 después de una de las célebres descargadas de gasolina de Flavio Briatore, un especialista en los golpes de efecto.
Ha pasado mucho tiempo desde la última 'pole' dominante de Alonso. Fue en el año agridulce de McLaren, de los líos con Hamilton y los desencuentros con Ron Dennis. En Monza, 2007, después de que la relación ya estuviese fracturada por el cisco de Hungría, el español salió el primero en el templo de Ferrari.
Tres años en los que Alonso ha purgado su pasado con dos licenciaturas anodinas en Renault, demasiado lejos de su ubicación natural. Pero es tenaz, demasiado obstinado como para ceder a la derrota porque sí. Salió del fiasco de Bélgica, de un fin de semana horrible, con la certeza de que había potencial y
temperamento en Ferrari como para, al menos, pelear. Y eso significa la 'pole' de ayer. Alonso se engancha para no rendirse.
Lo hizo con el estómago vacío. Una 'pole' sin pasar por el almuerzo. Acostumbrado, cual niño rebelde a la comida. Llegó pronto, antes de las nueve de la mañana, al caótico circuito del parque de Monza, revisó las modificaciones en su coche, se reunió con los ingenieros, disputó los libres de las 11, cumplió con la pasarela del paddock club (un rato de cháchara con los invitados vips) y, cuando regresó al castillo Ferrari, ya no tenía tiempo para comer, a la arena con los leones.
No es Alonso un especialista en 'poles' (19, una más que Hamilton), sino del cuerpo a cuerpo. Ayer ejecutó una operación magnífica, sin un fallo, sin pronósticos meteorológicos interpretables... De principio a fin, segundo, primero y primero en las tres rondas eliminatorias.