Un gol del portugués Carvalho sirvió para que el Real Madrid sumara la primera victoria en la Liga. :: EFE
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El Madrid cumple sin brillo

Özil se ganó los mayores aplausos en el Bernabéu y Casillas apenas tuvo que intervenir gracias a la solidez defensiva de los merengues Un gol de Carvalho resolvió un choque aburrido ante un blando Osasuna

MADRID. Actualizado: Guardar
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Sin brillo, con un solitario gol de Carvalho pero sin que Casillas tuviera que ganarse el sueldo, lo que ya es noticia en el Bernabéu, el Madrid superó a un tímido Osasuna y aprovechó el 'boqueronazo' para dar un vuelco a su lucha con el Barça. Mereció ganar sin discusión y no amplió la renta porque Ricardo estuvo soberbio, pero seguro que Florentino Pérez no está satisfecho con el espectáculo presenciado. Fue un equipo a la italiana, típico de Mourinho. Es la segunda vez en 18 años que el Madrid acaba las dos primeras jornadas sin encajar gol y la primera que está 137 minutos sin marcarlo. No parece casualidad.

El técnico luso está feliz porque sabe que los grandes equipos se cimentan desde la defensa y porque, todavía en fase de construcción, ya está por delante de su rival directo. Le ganó la partida a un Osasuna blando y vulgar, raro para ser de Camacho. Estuvo bastante ordenado en defensa, sin necesidad de hacer faltas y de poner en riesgo el maltrecho tobillo del reaparecido Cristiano, pero con el balón resultó calamitoso. Ni profundizó por banda ni llegó al área. Fue un grupo sin fe, condenado casi de antemano a la derrota ante el grande.

Al alinear a Mesut Özil, el más aplaudido porque es un jugador creativo, diferente, con magia, y Benzema, José Mourinho despejó las dos incógnitas que dejó en la previa, donde confirmó la titularidad del central Pepe, tras casi un año lesionado, y de Cristiano, que adelantó una semana el plazo de su recuperación.

Benzema, por la derecha

El francés jugó tirado hacia la derecha y el turco-alemán como enganche. El portugués prometió a FlorentinoPérez que recuperaría la mejor versión del delantero galo y le quiso brindar una oportunidad ante Osasuna. Intentó participar, jugó con más intensidad que el curso pasado, pero le faltaron continuidad y acierto. No está en un buen momento.

Pese al golpetazo culé, el Madrid salió al césped timorato, lento, muy poco fluido. Apenas generó ocasiones claras en todo el tedioso primer tiempo, salvo una que erró Higuaín por su mal control, y se retiró con pitos de una exigente hinchada que no acepta ganar de cualquier forma, que silbó al equipo campeón de Capello y que empieza a preguntarse, entre otras cosas, si Xabi Alonso y Khedira son complementarios. Pero tiempo habrá para análisis, discusiones y tertulias.

Persuadidos por Mourinho o, quizá por las circunstancias, los blancos salieron con más decisión en la reanudación. Pisaron el acelerador desde el inicio y dejaron claro que la máquina es buena, potente y con reprís, aunque no esté bien engrasada. Un remate desviado de Özil, a pase de Cristiano, avisó a los 'rojillos' del peligro que se avecinaba. Pero, curiosamente, el choque se abrió en un contragolpe. Khedira abrió, Ozil se internó, Ronaldo remató mal, Ricardo rechazó y Carvalho, que recorrió con fe todo el campo, remachó sin oposición.

Con los tres puntos en el petate y un adversario que seguía agazapado, el Madrid cubrió el expediente. Se esforzó en defensa y dispuso de alguna buena ocasión para cerrar el partido. Las mejores opciones, sendos remates de Higuaín, tras pase genial de Cristiano, y de Özil, que agrandaron a Ricardo. La más aplaudida, una picadita con poco ángulo del medio punta alemán que rozó el palo. También gustó el desparpajo de Pedro León. Detalles agradables de un partido plomizo, más típico de la Serie A que de la Liga.