Ligados a la economía local
La familia Mantaras ha estado muy vinculada al desarrollo jerezano y a la política
JEREZ. Actualizado: GuardarFinalizados los apellidos que con la letra 'L' nos habíamos propuesto traer a las páginas de LA VOZ, esta semana arribamos a la letra 'M' con la descripción de una conocida familia jerezana: los Mantaras. Conexionada a Jerez y a su historia económica, un buen número de sus componentes han pertenecido a entidades financieras e incluso sido miembros fundadores y directivos de ellas.
Si diseccionamos el apellido y hacemos un guiño a la etimología, nos encontramos que los Mantaras son hombres de peso o generosa humanidad de probada inteligencia, notable intuición y capacidad de trabajo; estando emparentados con otras conocidas familias jerezanas como son: los García Pelayo o los García Figueras.
Retrotrayéndonos al pasado podríamos comenzar con Federico Mantaras Llanas, quien llegara a Jerez en las últimas décadas del siglo XIX. Este primer Mantaras del que tenemos referencia se casó con la jerezana María de la Consolación García Pelayo Fantoni, de cuyo matrimonio nacieron seis hijos, enviudando en el año 1904. Fue un excelente profesional de la banca ocupando el puesto del director de varias entidades en Jerez y en Huelva.
En el año 1911 se incorporó a la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Jerez, la que por entonces estaba dirigida por el comisario regio Don Antonio Calzada. No pasó mucho tiempo para que Federico Mantaras sustituyera a este comisario, haciéndose con la dirección de dicha entidad, cargo en el que permaneció hasta su fallecimiento en el año 1939.
Durante el tiempo que duró su mandato reorganizó la institución, especialmente en el ámbito del Monte de Piedad, que con anterioridad había pasado por una época de grandes dificultades.
A finales de los años veinte se inauguró la sucursal de Sanlúcar de Barrameda, que fue la primera de las muchas que se abrieron durante la segunda mitad del siglo XX.
De todos sus hijos, fue Federico el que siempre vivió y trabajó en Jerez y el que continuó con la tradición familiar de la Caja de Ahorros. Licenciado en Derecho, tuvo por su profesión una presencia muy activa en la vida social de nuestra ciudad, con la implicación y participación en diferentes estamentos, tal fuera la Hermandad de Nuestra Señora de las Angustias de la que fue miembro y prioste en diferentes directivas. Tal era así que a su fallecimiento le fue concedida la medalla de Oro de dicha entidad.
Contrajo matrimonio con Doña Petra García Figueras.
Despegue
En el año 1939 fue nombrado director gerente de la Caja de Ahorros y desde entonces, y a pesar de los difíciles años de la posguerra, la entidad comenzó su fulgurante despegue, porque hasta su llegada había sido primordialmente Monte de Piedad. Gracias a su gestión se inauguró la oficina de la calle Francos, así como una nueva sucursal en la Línea de la Concepción. Debido a ello, la expansión de la Caja fue notable, haciéndolo con la apertura de nuevas sucursales en la mayoría de los pueblos y localidades de la provincia de Cádiz. Este periodo de desarrollo cobró su máximo apogeo a partir de 1959, fecha en la que se inauguró el edificio de la plaza del Arenal; esta importante apertura y el cambio que supuso el Plan de Desarrollo Económico, amplió aún más la actividad de la Caja de Ahorros de Jerez.
Fruto de su matrimonio con Petra García Figueras, Federico Mantaras García Pelayo tuvo nueve hijos: Consuelo, Federico, Tomas, Pilar, Petra, José Miguel, Jesús, Rafael y María del Carmen.
Falleció en 1966 a la temprana edad de 66 años tras una desafortunada intervención oftalmológica. De todos sus hijos, es Jesús Mantaras García Figueras quien coge el testigo y por ello el jerezano que hoy queremos destacar en las páginas de LA VOZ, ya que su trayectoria y extensísima labor en favor de Jerez, su desarrollo y su cultura es digna de ser resaltada.
Nació Jesús el 7 de abril de 1936, realizó los estudios primarios y el bachillerato en el colegio de los Marianistas de la calle Porvera. Al finalizar los estudios superiores, comenzó a trabajar en la Caja de Ahorros de Jerez, trabajo que alternaba con los estudios de Derecho, para lo que se matriculó en la Facultad de Granada. Una vez obtenida su licenciatura, fue escalando puestos hasta que en 1966 fue nombrado Director General de la Caja de Ahorros, permaneciendo en ella hasta su fusión en 1994.
Como director general de la Caja, su gestión alcanzó un memorable incremento en todos los órdenes, ya que Jesús Mantaras supo inferirle a aquella nuestra jerezana Caja, un carácter social eminentemente participativo, abarcando campos tan necesarios para un pueblo como era el de la cultura, haciendo que, bajo su mandato, esta entidad invirtiera en los campos de las bellas artes. Recordaremos como la Obra Social de la Caja promovió y produjo una amplia colección bibliográfica, discográfica o pictórica de autores locales, contribuyendo a poner en valor a una amplia lista de artistas jerezanos: escritores y poetas, como cantaores y guitarristas locales que, la Caja de Ahorros ayudó y dio a conocer fuera de Jerez y que han llegado a ser reconocidos gracias a ella.
Bajo la dirección de Jesús Mantaras se hicieron en Jerez grandes obras sociales cuyas costosas inversiones fueron auspiciadas por la Caja, pero con el esfuerzo ímprobo de su director, ya que el Banco de España revisaba detenidamente este tipo de inversiones, tal fue la creación del Club Nazaret, fortísima inversión íntegramente llevada a cabo por la Caja de Ahorros de Jerez y que tantos beneficios vino a traer a la sociedad jerezana, punto de encuentro y nexo de unión para una sociedad fraccionada; amén de las actividades deportivas y competiciones que se llevaban a cabo en sus instalaciones.
Jesús Mantaras tampoco escatimó esfuerzos para que la Caja soportara la fuerte inversión que significó la restauración del Convento de Bornos, cuyo destino era la piqueta y que, gracias a su mediación, hoy es un maravilloso patrimonio del que podemos gozar todos los andaluces. Bajo su mandato se llevaron a cabo una ingente cantidad de actividades deportivas y culturales colaborando a ello la apertura del auditórium de la Caja de Ahorros, sito en el Polígono de San Benito: lecturas poéticas, presentaciones de libros, de discos, cierres e inauguraciones de actos, cursos y concursos... y todo, desde el año 1966, fecha de su toma de posesión como director general, hasta 1994 en la que se produjo la fusión con la de San Fernando. Pero, debido a tan encomiable labor, fue requerido como impulsor y consejero de la Federación Andaluza de Cajas de Ahorro, colaborando también con la Confederación Española de Cajas de Ahorros (FECA).
Actividad política
Aunque su trabajo se ciñó a la dirección de la Caja, Jesús Mantaras también tocó la actividad política como teniente de alcalde de Economía y Hacienda con Miguel Primo de Rivera y posteriormente siendo alcalde de Jerez durante los primeros años de la Transición. Es por ello que esta semana hemos querido recordar a Jesús Mantaras y mostrar a las nuevas generaciones la figura de éste señor, cuya singular e importante trayectoria, un tanto velada por el nombre de la entidad que regía, es interesante conozcan y sepan, que muchas de las obras y actividades hoy institucionalizadas fueron creadas por este jerezano y auspiciadas bajo su mandato.
Su discreción, recato y hasta acusada timidez en el campo de la notoriedad, hacen de Jesús Mantaras un jerezano de sencilla personalidad, cuya misión en la vida parece haber sido regida por la máxima de hacer el bien. Y así ha sido; ya el recordado e ingenioso jurispoeta Benito Pérez lo llamaba cariñosamente el 'Niño Jesús', por la cantidad de «milagros» que hacía en aquel Jerez de tanta precariedad, necesitado de personas como él.
Su integra y cabal formación, junto con el plantel de profesionales, todos amigos, que conformaban la plana mayor de directivos, que él mismo fichó, fueron los responsables de la gran expansión de la Caja de Ahorros, a la que ya en 1971 actualizó quitando el obsoleto término de Monte de Piedad, transformándola en una moderna entidad cuyo trato cercano y de confianza, propiciaron el ahorro y el crédito personal.
Amén de su gestión financiera, fueron muchas las actuaciones que la Caja llevó a cabo en favor de Jerez. Tal fue la importante y trascendental de dotar a nuestra ciudad de una infraestructura universitaria; primero con el Centro de Estudios Universitarios Monseñor Cirada y más tarde con la idea de que Jerez poseyera una facultad de Derecho, para lo que adquirió los terrenos en Montealto, la que tras construirla íntegramente la entregó a la UCA para su inmediata puesta en funcionamiento. A su vez, bajo la dirección de Jesús, fueron incontables las intervenciones de la Caja en favor de Jerez, llegando a cotas de importancia que para sí hubiesen querido muchas entidades bancarias españolas.
Reconocimiento
Continuamos por tanto con nuestro personaje, el que por sus características e idiosincrasia se ha ganado el cariño y el reconocimiento de la mayoría del pueblo de Jerez; no digamos el de sus compañeros de trabajo, aquellos que codo con codo lucharon y vivieron con él para y por la ciudad de Jerez y que ahora, para la redacción de éste artículo, se han volcado con el que esto escribe, deshaciéndose en elogios hacia su persona: inteligente, intuitivo, perspicaz, campechano, cercano, afable, discreto, honrado y caballero a carta cabal son algunos de los adjetivos con los que sus amigos y compañeros han calificado a este dignísimo jerezano, al que por razones personales me permito añadir: la de un hombre generoso, con un incuestionable afán de ayudar a todo el que se le acercaba, sobre todo a aquellos que con su esfuerzo y trabajo iban a contribuir a mejorar a Jerez y con ello a los jerezanos. Pueden contarse por miles los emprendedores y pequeños empresarios que montaron su negocio y progresaron en la vida gracias al respaldo de Jesús Mantaras, no digamos los que compraron sus pisos y coches, o dieron carrera a sus hijos...
Por todos estos valores, estamos ante un jerezano al que sinceramente creemos no se le ha rendido el debido homenaje y reconocimiento y con el que la ciudad de Jerez está en deuda, ya que suma sobrados merecimientos para ello, bien es sabido, que dada su discreción y timidez, cualquier nombramiento sería para él motivo de arrobo y desconcierto.
Casado con la también jerezana, la doctora Carmen Ruiz-Verdejo Iznardi, tiene siete hijos: María, Federico, Jesús, Rocío, Teresa, Mercedes y Marcos; los que han crecido en el seno de una familia cristiana, de corte clásico, en la que prevalece la unión, la educación y el respeto, en donde los hijos toman como ejemplo a los padres, los que siempre atentos a sus estudios, formación y cultura, hacen de ellos dignos ciudadanos en una sociedad tan carente de valores.
En la actualidad ya jubilado, Jesús disfruta del ocio y el descanso reparador, la música, la lectura y los nietos, los que tanto para él como para su esposa, son su mayor deleite y alegría.