Zapatero responde a la OTAN que no envía más guardias civiles a Afganistán
La Alianza Atlántica, con el apoyo de Obama, presiona al Gobierno y pide un nuevo esfuerzo de soldados para acabar la misión cuanto antes
Actualizado: GuardarEspaña no enviará más afectivos a Afganistán. Al menos de momento. Ésta fue la primera respuesta de José Luis Rodríguez Zapatero a la petición de la OTAN de enviar más guardias civiles para formar a las fuerzas de seguridad afganas. El presidente del Gobierno comunicó ayer al secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen, de visita en Madrid, que «a día de hoy» no hay ninguna decisión tomada, aunque dejó la puerta abierta a estudiar las necesidades de los aliados, que se podrían concretar en la Conferencia de Lisboa que se celebrará en noviembre en Lisboa.
Rasmussen transmitió el mensaje a Zapatero un día después de reunirse en Washington con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama. El encuentro de la Casa Blanca sirvió como preparativo para pedir un nuevo esfuerzo de efectivos no sólo a España, sino a los principales países de la OTAN. De ahí que su máximo responsable de la continúe los próximos días su gira para convencer a los aliados. El contexto de fondo es que la misión aún tiene «lagunas» en materia de formación y entrenamiento de policías y militares afganos, y si no se cubren estos vacíos se tardará más tiempo en salir del avispero.
«Cuántos más recursos aportemos ahora a nuestra misión de formación, más pronto podremos irnos y nuestras tropas podrán volver a casa», subrayó Rasmussen en una conferencia celebrada poco antes de la reunión con el presidente del Gobierno en La Moncloa. Tras finalizar el encuentro, Zapatero compareció con Rasmussen y dijo que aunque no tenía intención de enviar más agentes, el Gobierno «siempre» tendrá en cuenta las sugerencias que haga la OTAN, ya que «somos muy conscientes» de que la formación es la «palanca fundamental para ganar tiempo de cara a la transición de la seguridad a los afganos».
Comparecencia
Quizá en este «no» con matices el jefe del Ejecutivo tuvo muy presente dos hechos: la cercanía del atentado suicida que costó la vida a dos guardias civiles y su intérprete en Qala-i-Naw, acaecido hace apenas dos semanas, y su comparecencia el próximo miércoles en el Congreso para informar, en sesión plenaria, sobre el presente y el futuro de la misión a petición de todos los grupos parlamentarios.
El último compromiso del Gobierno con los aliados tuvo lugar en la Conferencia de Londres, celebrada el pasado enero, donde se aprobó el envió de 511 militares a Afganistán, entre los que se incluían 40 guardias civiles para el adiestramiento y formación de las fuerzas de seguridad locales. Entonces la ministra de Defensa, Carme Chacón, justificó que la misión atravesaba un momento «clave» y era necesario un esfuerzo de efectivos. Pero ahora, ocho meses después, el jefe de las fuerzas internacionales, el general estadounidense David Petraeus, reconoció que había pedido a la OTAN 2.000 nuevos soldados destinados a la formación.
La idea de la Alianza Atlántica y de Obama es satisfacer la petición del general Petraeus en la Conferencia de Lisboa, que se celebrará el 19 y 20 de noviembre. Rasmussen avanzó este viernes que la cumbre será «fundamental» para que los aliados «hagan un anunció claro sobre cómo y cuándo» se hará la transición de la seguridad a las autoridades afganas.
El máximo responsable de la OTAN anticipó que comparte el objetivo fijado por el presidente afgano, Hamid Karzai, de que las fuerzas locales asuman el poder en todo el territorio de aquí a finales de 2014, aunque reveló que una vez que se complete esta operación las tropas aliadas no abandonarán ipso facto el país, ya que pasarán a realizar «labores de apoyo» a las fuerzas de seguridad afganas.