Zapatero dice que será muy exigente con ETA cuando renuncie a la violencia
Anuncia que elaborará «un plan B» para el momento en que los terroristas renuncien a las armas
MADRID. Actualizado: GuardarJosé Luis Rodríguez Zapatero advirtió a ETA de que el Gobierno no se va a creer por las buenas el hipotético anuncio del final de la violencia. La organización terrorista, dijo, tendrá que «poner encima de la mesa» pruebas que convenzan de que va «en serio», y las evidencias que se requerirán serán de «gran exigencia». En todo caso, señaló que si ETA da ese paso su primera medida será convocar a «todas las fuerzas democráticas» para «compartir» la respuesta.
Nadie en el Gobierno, hasta ahora, se había adentrado en conjeturas sobre el anuncio de la renuncia a las armas de la organización terrorista, pero el jefe del Ejecutivo dio ayer unos tímidos pasos en esa dirección. «Quiero que sepan» la postura gubernamental para ese momento, dijo por toda explicación. Zapatero dejó sentado que no se fía de ETA, «hay que desconfiar» después de todo lo que pasó en el anterior alto el fuego y su abrupta ruptura con la voladura del parking de la T-4 de Barajas. La desconfianza en el Gobierno y en la sociedad «es grande», subrayó, y la suya, acotó, «muy profunda».
Pero dicho esto, admitió que el Ejecutivo tiene que contemplar «todas las hipótesis», incluida la del final de la violencia. El Gobierno, añadió, debe contar con «un plan B2 ante esa eventualidad, «y hasta un plan C». Zapatero adelantó que las actuaciones en ese contexto de ausencia de violencia tendrán que estar consensuadas con todas las fuerzas democráticas porque la respuesta en ese escenario tendrá que ser «de todos».
En la tregua de 2006, Zapatero habló con todas las fuerzas políticas en varias rondas de consultas en el palacio de la Moncloa, pero no llegó a convocar una reunión en torno a una mesa con todas las formaciones. La única acción unitaria fue la aprobación en el Congreso, con la oposición del PP, de un permiso al Ejecutivo para hablar con la organización terrorista.
El presidente del Gobierno no mencionó en una entrevista concedida a la cadena Ser si entre las exigencias para aquilatar la sinceridad de un cese definitivo de la violencia estaría una verificación internacional del desarme, una cautela que han planteado los mediadores sudafricanos e irlandeses que están en contacto con la izquierda abertzale. Esta medida se puso en práctica en el proceso de paz en Irlanda y el IRA tuvo que entregar su arsenal a una misión internacional encabezada por un general canadiense. El Gobierno ni ha entrado a considerar tal posibilidad.
No hay experiencia
Zapatero, con todo, se mostró optimista y confió en que «antes o después» va a llegar ese comunicado de ETA con el esperado anuncio del final de la violencia. El mensaje del pasado domingo forma parte, a su juicio, de ese proceso que «no será fácil» porque no hay «experiencia» y «costará» culminar con éxito.
El jefe del Ejecutivo no mencionó «por razones de prudencia» ninguna medida más para ese escenario sin terrorismo. Sobre todo, explicó, porque el Gobierno «no tiene información» de «las intenciones» de ETA más allá de la que consiguen las fuerzas de seguridad a través de sus servicios de información. En este sentido, negó con rotundidad en dos ocasiones que algún enviado suyo esté en contacto con la organización terrorista.
Zapatero también se refirió al cese de los atentados que anunció ETA el domingo en la BBC y lo atribuyó a dos razones: a la debilidad de la organización por los golpes policiales y a la presión que ejerce la izquierda abertzale. Unos apremios que, sin embargo, son insuficientes para el Ejecutivo socialista. Se requiere, agregó el presidente del Gobierno, que Batasuna o sus herederos «condenen tajantemente» el terrorismo porque «no vale decir 'pedimos un proceso democrático'. No, hay que condenar la violencia». Ese paso, recordó, no lo ha dado la izquierda abertzale.