José Luis Sáez junto al actual seleccionador. :: LA VOZ
LA PRÓRROGA

«Ojalá el problema fuera Scariolo sí o no»

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José Luis Sáez , se aloja en el hotel que sirve de cuartel general de la FIBA, situado en el otro extremo de Estambul, junto al sexagenario estadio Inonu, feudo del Besiktas y nuevo hogar laboral de Guti. Afortunadamente, es día festivo en Turquía por la celebración del final del Ramadán. En el trayecto, las aguas del Mármara y el mar Negro comienzan a seducirse con el Bósforo como paisaje. Decenas de barcos ocupan el horizonte. Esperan, fondeados, el turno para acceder al puerto. El símil con la selección española es automático. Una favorita varada con la presencia de los primeros fondos arenosos.

-Noche dura.

-Mala. Duermes poco. Le das vueltas a muchas reflexiones, pero queda la tranquilidad de que las cosas que se han ido haciendo y planificando se han hecho bien. A partir de ahí, buscas en qué puedes mejorar, piensas en el mejor escenario posible real nuestro y trabajo. No queda otra.

-¿Cuántas veces ha visto mentalmente volar el balón de Teodosic?

-Lo estoy viendo ahora. En mi móvil llevo una foto desde hace mucho tiempo (indaga en las entrañas del teléfono y la muestra). Es la que define el éxito del fracaso, que es el triple de Nocioni en la semifinal del Mundial de Saitama. Si hubiera entrado, ahora no estaríamos hablando de ciclos victoriosos. Hay que saber que con eso se juega. Con muchísimo dolor, sólo queda levantarse otra vez.

-¿Cómo vivió el post partido?

-Estuve en el vestuario con el equipo, Sergio y sus ayudantes. Lo típico de darles ánimos. Después estuve en contacto con ellos por medio de otras vías y con Sergio también hablé más tranquilamente para que conociera nuestro apoyo. También agradezco el que nos brindaron los dos secretarios de Estado, Lissavetzky (de Deportes) y Mesquida (de Turismo), que han estado aquí, también en los momentos malos. Y después, hasta las dos y media de la mañana, atendí a los medios radiofónicos de España.

-Todos habíamos olvidado lo que sucede cuando sale cruz en la moneda.

-Pero hemos tenido otros momentos muy duros. Nos fuimos en cuartos en los Juegos de Atenas, sin haber perdido ningún partido y habiendo ganado a los que después fueron campeón y subcampeón olímpicos. En 2005, también por un triple como el de Serbia no accedimos a una final. Tenemos mala memoria porque eso ya nos ha ocurrido. Tuvimos una final de Europeo en Madrid, en nuestra casa, con un equipo netamente superior al contrario en otra circunstancia similar. -¿Cuándo comenzó a tener la mosca tras la oreja?

-Vimos que el equipo no se soltaba, pero ya lo habíamos experimentado el año pasado. A mí me dio mucha confianza cruzarnos con Grecia y ganar con sufrimiento. Y ante Serbia, sin estar acertados, hubo un nivel de superar las adversidades remontando varias veces durante el partido. Si te falta ese pelín de acierto que marca la diferencia, no te queda otra que dar las gracias a todos y a seguir pensando en acabar bien el campeonato y en el Europeo de Lituania y los Juegos Olímpicos.

-Pero es consciente de que en estos momentos muchos dedos apuntan a Sergio Scariolo.

-Si yo de verdad me creyera que el problema es entrenador sí o entrenador no, sería muy simplista. Pero es irreal cargar sobre alguien todas las culpas. Ese no es mi análisis. Reconozco el trabajo de Sergio, lo apoyo. Habrá acertado y se habrá equivocado, pero no toca ese debate. Tiene contrato en vigor, ha trabajado honrada e intensamente y con calidad.