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Italia se acerca a las elecciones anticipadas

Bossi, principal aliado de Berlusconi, repite que la única salida son las urnas, porque de lo contrario apoyaría una moción de confianza

ROMA. Actualizado: Guardar
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Italia está al borde de las elecciones anticipadas, a dos años y medio de las últimas. Lleva todo el verano acercándose, pero ayer dio un gran paso. Umberto Bossi, líder de la Liga Norte y socio de Gobierno de Silvio Berlusconi, le presionó para que dimita y repitió que la única salida es ir a las urnas. En noviembre o diciembre. Berlusconi siempre acaba por hacerle caso, pero esta vez ni siquiera hace falta, porque Bossi aclaró que si no dimite la Liga puede incluso votar en su contra en la moción de confianza prevista en las próximas semanas, y forzar así los comicios. La moción es un órdago del magnate, cinco puntos con las principales reformas que prepara su Ejecutivo para contar escaños y seguir adelante.

Los números son el centro del problema. A Berlusconi le faltan 20 diputados para la mayoría absoluta tras la marcha de Gianfranco Fini y 34 seguidores, el origen de la crisis. El PDL, el gran partido de centro-derecha que surgió de la fusión de Forza Italia, de Berlusconi, y la Alianza Nacional de Fini, se vino abajo al cabo de un año. En abril se pelearon en público y en julio Fini era expulsado. Pero buena parte de los suyos optaron por quedarse con el caballo vencedor, que sigue siendo Berlusconi.

Fini ha comprobado en sus carnes cómo vampiriza el millonario: entró en el PDL con un partido histórico y ha salido con los últimos de Filipinas. Pero suficientes para derribar el Gobierno. La solución de Berlusconi, según la prensa italiana de ayer, es hacer fichajes en el grupo mixto para sacar veinte diputados de reemplazo. De ahí el nuevo aviso de la Liga Norte. En cuanto a la posibilidad de un Gobierno técnico, un clásico italiano para los tiempos muertos, Bossi amenazó con llevar «diez millones de personas a Roma», cifra que es tres veces su población, sin explicar de dónde las sacaría.

Aunque sean tonterías que Bossi desmienta luego como broma o provocación -esto en Italia es normal- es una advertencia seria de la Liga para parar el pasteleo político. Animaba el verano pero ya es septiembre. La Liga no teme las urnas porque es el único partido que sube en votos. Los demás andan muy perdidos, incluida la oposición. Con la fragmentación del centro-derecha no está claro cómo se reordenarán las fuerzas políticas ni qué dirán las urnas. Berlusconi mira sondeos como loco para saber cuánto le puede costar el fracaso de la legislatura y la fractura con Fini. Éste, por su parte, ha confirmado su apoyo externo al Gobierno, para no pasar por el responsable del desastre. Por eso la Liga tiene la última palabra. En cualquier caso, aunque ahora no haya números para ninguna mayoría, el sistema electoral da al partido más votado un premio de escaños que le garantizan la mayoría absoluta.

Este cuadro no debe dar una imagen de frenesí. Seguramente habrá elecciones, pero una cosa es la anticipación y otra las prisas. El país, desesperado, siempre puede esperar.