Rajoy pide a Zapatero que no ceda ante el PNV solo para seguir en La Moncloa
El presidente reconoce que los nacionalistas vascos tendrán «mucho que decir» sobre los Presupuestos
MADRID. Actualizado: GuardarJosé Luis Rodríguez Zapatero prologó con una sonrisa socarrona un anuncio ya conocido: el PNV tendrá «bastante que decir» en los próximos Presupuestos Generales del Estado. Ayer, durante el primer pleno del nuevo curso parlamentario en el Congreso, quedó patente que el Gobierno busca con ansiedad el apoyo de los nacionalistas vascos para salvar el último gran escollo que permitirá a los socialistas concluir la legislatura sin sobresaltos. Mariano Rajoy no quiso asistir impasible al cruce de guiños cómplices y exigió al jefe del Ejecutivo que no entre en cambalaches presupuestarios para mantenerse en el palacio de la Moncloa.
Rajoy reclamó a Zapatero que no utilice los Presupuestos del próximo año como moneda de cambio. «No cambie unos votos para mantenerse por unas transferencias», clamó el líder de la oposición, en referencia al traspaso de las amplias políticas activas de empleo que reclaman los nacionalistas y que, según el PP, suponen una ruptura de la caja única de la Seguridad Social. «No haga daño» al interés general de España, insistió Rajoy.
El día clave para los Presupuestos será el 20 de de octubre, cuando se vote en el Congreso su admisión o la devolución al Gobierno. Para ese momento aún falta mes y medio, pero socialistas y nacionalistas mantienen ya contactos de alto nivel. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, uno de los encargados de hacer madurar el entendimiento se mostró optimista y, sin obviar que habrá dificultades, se mostró convencido de que, al final, habrá acuerdo con el PNV. Otros dirigentes socialistas, por contra, aconsejan no apostar todo a la carta del PNV y testar a CiU, pese a que los nacionalistas catalanes se mostrasen tan reticentes al pacto antes del verano y estén ahora embarcados en una campaña electoral en la que van a hacer todo lo posible por distanciarse de los socialistas.
«Soledad»
El resto del cara a cara entre Rajoy y Zapatero en la sesión de control de ayer se centró en la economía. Los ataques y las defensas de ambos mantuvieron la misma tónica y el mismo fondo que antes del verano. El dirigente popular, además de calificar de «despropósito» la política económica del Gobierno por hacer una cosa y la contraria, puso el acento en la «soledad» y «provisionalidad» del Ejecutivo, con ministros con fecha de caducidad y otros desaparecidos.
«Usted no puede generar confianza y lo único que le pido es que en el debate de Presupuestos no haga daño cambiando votos por transferencias y que ponga un mínimo de orden en su Gobierno», sentenció.
Zapatero criticó la «falta de imaginación y de propuestas» de su oponente que, a su juicio, repitió las mismas frases que en el Debate del estado de la Nación del pasado julio. «Señor Rajoy, ha vuelto exactamente igual que se fue de vacaciones», apostilló antes de emplazar al líder de la oposición a que detalle las 50 propuestas económicas que Rajoy anunció la semana pasada.
El presidente del Gobierno puso en valor las medidas desarrolladas por su equipo, como el «imprescindible» plan de austeridad y de reducción de déficit «que se está cumpliendo, como lo demuestran los datos de ejecución y del déficit que evolucionan favorablemente». A lo que Rajoy replicó que, en efecto, él está «igual que antes del verano porque el paro ha aumentado y el crecimiento económico sigue disminuyendo».
Zapatero, además de medirse en la sesión de control con Rajoy y Erkoreka, dejó claro al portavoz de CiU, Josep Antonio Duran i Lleida, que no entra en sus planes dar marcha atrás a la congelación de las pensiones en 2011.
La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega y la portavoz del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, también demostraron que su rivalidad mantiene el mismo fuelle que antes del parón estival. La representante del grupo popular incidió en que el curso político empieza «y el tiempo del Gobierno se acaba». Lamentó que el Ejecutivo no tenga «nada que ofrecer» a los españoles y reiteró que «sobran ministros» porque «Zapatero no sabe qué hacer con ellos».
«De primarias»
En este sentido, apostilló que el Gobierno cuenta con un ministro de Trabajo «cesante» y una ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, -se había levantado de su escaño en ese instante para hablar con José Blanco- «que anda de primarias hablando con el vicesecretario general del PSOE. Sáenz de Santamaría exigió, además, a De la Vega que cumplan con los mandatos del Congreso que, hasta en seis ocasiones, ha aprobado resoluciones para que el Gobierno no congele las pensiones.
La reacción de la vicepresidenta primera fue contundente. Aseguró que el PP y no el Gobierno ha roto la caja única, pero no la de la Seguridad Social sino «la caja A y la caja B» de su contabilidad. Una alusión directa a la actitud del principal partido de la oposición que «calla y consiente» ante los presuntos casos de corrupción que afectan a dirigentes de esa formación.