Piden penas de cuatro a siete años para una banda dedicada al tráfico de coca
Uno de los principales acusados volvió a delinquir, según la Fiscalía, tras salir en libertad provisional por otro asunto de drogas
CÁDIZ. Actualizado: GuardarLa Audiencia Provincial de Cádiz sienta la próxima semana en el banquillo a ocho personas de origen español, boliviano y colombiano, acusados de formar parte de una red de tráfico de cocaína, que fue desarticulada por la Policía Nacional en marzo de 2007. Aunque los principales sospechosos estaban afincados en Rota, la banda operaba también en diversas localidades como Jerez, Sanlúcar o Chipiona, donde dos de los acusados regentaban un concesionario de coches que servía supuestamente de punto de encuentro.
La Fiscalía pide para cinco de ellos, penas de cuatro años por un delito contra la salud pública, con sustancias «que causan grave daño». Aunque para tres de ellos, el castigo solicitado alcanza los siete años de prisión, al considerar que concurre el agravante de reincidencia. No en vano, uno de ellos, Juan Ramón R. L. comenzó a traficar, según la Fiscalía, inmediatamente después de salir de la cárcel de Puerto II en libertad condicional por otro delito de salud pública.
Españoles y bolivianos
Juan Ramón formaba supuestamente el núcleo de la banda junto a su esposa Norah A. S. C. -él, de origen español y ella, boliviana-, que obtenían la droga supuestamente de un ciudadano colombiano con residencia en Madrid -John T.-, que no ha sido localizado, ni se sentará en el banquillo. El nexo entre el colombiano y la pareja era la hermana de Norah, Ana J. S. J y Carlos A. V. C, que también están en paradero desconocido.
La policía sí ha detenido a dos supuestos proveedores colombianos -Luis A. B. y María C. C.-, afincados en Jerez, al sorprenderlos en la entrega de una mercancía en una vivienda de Sanlúcar.
A través de escuchas telefónicas la Policía determinó también que Juan Ramón mantenía negocios ilícitos con Jesús P. L. alias 'Morgan' y Luis N. V, los gerentes del concesionario de Chipiona, a los que se les incautaron más de 600 gramos de cocaína en diversos registros domiciliarios y en la tienda de coches, cuyo negocio servía supuestamente de tapadera de los negocios ilícito. De hecho, en las conversaciones pinchadas, estos y otro acusado -José S. R.- solían hablar de la venta de vehículos para encubrir -según la Fiscalía- las transacciones de sustancias estupefacientes. Aunque a veces, para referirse a la droga hablaban de «las niñas».