«Si Alestis no nos tiene en cuenta, tomaremos medidas más extremas»
Los antiguos operarios de SK-10 reclaman una mayor carga de empleo y la creación de una bolsa de trabajo para el personal eventual
PUERTO REAL. Actualizado: GuardarLos trabajadores de los centros con que Alestis Aerospace cuenta en Puerto Real y El Puerto de Santa María iniciaron en la mañana de ayer una serie de protestas durante los quince minutos del bocadillo, que se prolongarán en principio hasta mañana.
Antes de la llegada del mes de agosto, los operarios pertenecían a SK-10, pero el cambio de logotipo en la fachada de las naves da buena cuenta de la integración dentro de la empresa aeronáutica que tanto empieza a sonar por la Bahía.
«No queremos tocar el bolsillo de los trabajadores», justificaba sobre la sosegada modalidad de esta primera medida el presidente del comité de Alestis Tecnobahía Puerto Real, Miguel Andamoyo.
A pesar de que en principio la atención se había centrado casi exclusivamente en la situación de los eventuales, Andamoyo refería que la principal demanda que manejan los operarios se dirige hacia «una carga de trabajo que no llega».
Entre tanto, se vive una sobre dimensión de los efectivos, ya que, tal como explica, «hay faena para 150 personas, pero existen hasta 500 en plantilla». La primera de las cifras es ampliable si se tiene en cuenta que la antigua SK-10 daba trabajo a 250 operarios entre empleos directos e indirectos.
El 'sobrepeso' tiene una solución clara, a la manera de ver del representante de los trabajadores: «Que abran la nave nueva, y ubiquen allí a la antigua gente de Delphi», pone por delante. En este sentido, Andamoyo recordó que «había una carga de trabajo asignada que no ha llegado», en referencia a las previsiones iniciales, que hablaban de que las primeras piezas saldrían de la planta situada sobre los antiguos terrenos de la multinacional norteamericana en septiembre.
El presidente del comité, que matizó que «no se demanda más dinero», sumó igualmente entre las reivindicaciones la creación de una bolsa de trabajo nominal para los eventuales, de manera que se estipule un orden por el que se les dé prioridad de cara a una reincorporación después de su salida.
Andamoyo requiere este compromiso por parte de la empresa porque, según tienen constatado, «su política consiste en no renovar a nadie cuando llega a los 24 meses, para no hacer a nadie indefinido». En este sentido, desde el comité se resalta lo «cualificados» que se encuentran esos operarios.
El portavoz sindical valoró que su reivindicación va dirigida «a la mala gestión de quien esté al mando», dejó patente la falsa definición que ellos mismos respiran. «El muñeco no tiene cabeza» manifestó de una manera más que gráfica.
De hecho, expuso el malestar en el tajo tras los movimientos de fusión: «A nosotros nos han impuesto pasarnos a Alestis», criticó antes de dibujar un panorama en el que vislumbra, si no se pone remedio, a 700 empleados sin faena.
De todos modos, se mostró conciliador en la relación con los ex Delphi, aunque no ocultó su temor a posibles maniobras: «Si siguen así, van a terminar enfrentándonos con ellos», insinúa un intento de conflicto que por su parte descarta.
Tras un tiempo de ausencia de conflictividad laboral, el presidente del comité desvela su incertidumbre acerca de que «todo se vaya al garete, porque no se ve la luz». Por ahora su disgusto se expresará en el tiempo del bocadillo, aunque advierten: «Si la empresa no nos tiene en cuenta, ya tomaríamos medidas más fuertes, como una huelga por derecho», se planta.