Ciudadanos

El termómetro de las contratas

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Si la venta de coches o la de pisos se usan como indicadores infalibles de los vaivenes de la economía, la marcha de una obra puede examinarse con detalle con sólo hablar con los operarios de las contratas. Estas empresas más pequeñas, encargadas por la gran responsable del proyecto, son las primeras en detenerse cuando hay problemas presupuestarios, financieros o de comunicación entre los gigantes y el Gobierno. De hecho, fueron las primeras en dar la voz de alarma en primavera. Trabajadores a los que se les decía que volvieran a casa, que se fueran de vacaciones de forma precipitada, que no volvieran...

Ahora, esas mismas firmas aseguran que hay encargos, que los operarios vuelven, que se ha recuperado un tercio de la actividad y que tienen el encargo de seguir acelerando hasta recuperar la velocidad de crucero, que algunos fijan para octubre y otros dejan sin fecha. Cada vez hay más operarios y, además, tienen el aviso de que sus compañeros llegarán de manera escalonada. Los meses de visible inactividad, de desierto y paisaje desolador empiezan a quedar atrás poco a poco. Es tan lento y progresivo que habrá que esperar para que sea visible para un simple peatón desde una barandilla. Pero, dicen, lo será.