CARTAS A LA DIRECTORA

Un nuevo día ¿qué escoges?

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Damos todo por hecho, ¡esa es la cuestión! Despertamos al nuevo día como autómatas, arrastrándonos al borde de la cama para empezar el programa de rutinas que cada uno haya establecido, pasando de una actividad a otra, sin conciencia, por hábito, como ratas de laboratorio que siguen, una y otra vez, el laberinto fijado. No estamos atentos, no vemos realmente lo que tenemos a nuestro alrededor, por tanto no podemos valorar, apreciar ni agradecer lo que ya somos, hacemos o tenemos en esa rutina y que damos por hecho que es lo que hay. Y ese constituye nuestro error de base al que solo despertamos cuando, de repente, en un sólo momento, algo cambia o sencillamente lo perdemos.

Si hay algo seguro en la vida es la inseguridad y el cambio. Todo es temporal, limitado, con una fecha de caducidad que usualmente ignoramos. Lo sabemos, pero no lo queremos saber. Nuestro cuerpo, nuestras parejas, padres, hijos, empleo, dinero, coche, casa. están en continuo cambio; hoy los tenemos, mañana quizás no, sin embargo, en nuestra inconsciencia, creemos que siempre será igual, que siempre lo tendremos, aunque la realidad diaria nos demuestra más bien todo lo contrario.

Y cuando, de repente, nos damos cuenta de nuestra piel arrugada, del adiós de nuestra pareja, del abandono del nido de nuestros hijos, del despido de que considerábamos nuestro trabajo fijo, del desguace del coche, del fin de nuestra vida o de la de nuestros seres queridos. en ese momento, nos percatamos de nuestra verdadera inconsciencia, de nuestra falta de aprecio, valoración, disfrute y agradecimiento de lo que ahora ya no tenemos, de lo que tanto nos quejábamos y que nuestros lamentos no nos pueden devolver.

Cada día es una página en blanco, una nueva oportunidad de escoger. Cuando nos levantamos por la mañana, si pensamos en ello, tenemos dos opciones: crearnos un día fantástico con la elección de nuestra actitud y respuesta a todo lo que nos ofrece la vida, o ir en piloto automático, en la «carrera de ratas» sin sentido, sobreviviendo como se puede. La opción de estar despiertos o vegetar. De estar contentos o deprimidos.

En estas fechas muchos volvemos al trabajo tras el período vacacional, ese paréntesis tan necesario para recargarnos y que deja en stand-by «la cruda realidad». Sin embargo, tanto a primeros de agosto como el 1 de septiembre, somos nosotros, con nuestros pensamientos y actitud los que apretamos la tecla de «pausa» o definimos «cruda realidad» ¿Cierto? Por eso, ¿qué escogeremos mañana tras oír el despertador? ¿La rutina, el aburrimiento, dar por hecho, empezar a tachar los 364 días que nos faltan para volver a la playa., o pegar un salto, coger una buena bocanada de aire, abrir los brazos, la mente y el corazón al nuevo día y empezar , entusiasmados, con aprecio y alegría, a escribir un nuevo capítulo de la historia de nuestra vida? La decisión es nuestra.

Es la libertad que podemos utilizar con independencia de las circunstancias y es nuestro privilegio vivir del momento, ahora, porque mañana. ¡quién sabe!