Rodiezmo indulta a Zapatero
Solo Cándido Méndez critica al Gobierno por sus cambios en política social
RODIEZMO. Actualizado: GuardarSu nombre, tan recitado en la víspera, apenas sonó un par de veces en las casi tres horas de discursos en Rodiezmo. Ninguno de los siete oradores reprochó a José Luis Rodríguez Zapatero su ausencia, la primera desde que accedió a la secretaria general del PSOE hace diez años. El tradicional acto festivo que organiza desde hace 31 años el sindicato SOMA-UGT se vivió ayer en un ambiente un tanto enervado -los mineros de la comarca llevan dos meses sin cobrar sus nóminas- y poco reivindicativo.
Las bellas campas de este paraje, limítrofe entre Asturias y León, estuvieron más desangeladas que en ocasiones anteriores. Asistieron unas cinco mil personas, la mitad que el año pasado. No fue un público difícil. Ni corearon eslóganes ni lucieron pancartas contra el Ejecutivo socialista, pese a que UGT es una de las organizaciones que convoca la huelga general del próximo día 29.
Rodiezmo indultó parcialmente a Zapatero. Atrás quedaron los seis años en los que el presidente del Gobierno anunciaba aquí, tras las vacaciones estivales, sus compromisos sociales para el nuevo curso político y ponía cifra al incremento anual de pensiones. Ninguno de los dos argumentos hubiera tenido cabida en una hipotética intervención del presidente del Gobierno. Las pensiones estarán congeladas durante 2011 y la reforma laboral ha despertado un rechazo global entre las organizaciones sindicales. Dos cuestiones, unidas a la cercanía de la huelga general, que hicieron que Zapatero renunciara a cumplir con esta cita, pese a que confirmó su presencia durante el pasado Debate del estado de la Nación.
Los reproches más afilados, tal vez los únicos directos contra el Ejecutivo socialista, los realizó Cándido Méndez. «El problema del Gobierno no es que se haya quedado sin discurso, sino que ha abrazado a la fuerza el discurso que rechazaba hace unos meses», apostilló el secretario general de UGT, que, sin embargo, no nombró directamente a José Luis Rodríguez Zapatero ni una sola vez. Aunque sí le envió un 'telegrama' envenenado con el siguiente texto: «La valentía política consiste en soportar el daño y no en infligir el daño a los demás, en este caso a los trabajadores».
«Canto a la impotencia»
Al hilo de este argumento abundó en que la política del Ejecutivo socialista «es un canto a la impotencia y a la resignación». Animó, aunque tibiamente, a respaldar el paro global previsto para el 29 de septiembre. «Hay muchas razones para acudir a una huelga general, y una de ellas es la dignidad», sentenció Méndez, que señaló a la reforma laboral y al plan gubernamental de aumentar la edad de jubilación a los 67 años como motivos más que suficientes para secundar el paro.
Los responsables de la UGT, incluido Méndez, no pueden disimular el malestar que les produce arremeter contra «el partido hermano», con el que comparten, entre otras bases ideológicas, a su fundador, Pablo Iglesias. Tal vez por ello, intentan hacer un delicado ejercicio de equilibrismo: censurar la política económica y social del PSOE, convocar un paro nacional contra Zapatero y, a la par, pedir a los afiliados que voten a los socialistas en las próximas citas electorales. Esto es lo que demandó ayer en Rodiezmo el secretario general de SOMA-FIA-UGT, José Ángel Fernández.
«Con la huelga general no buscamos desgastar o restarle votos al Gobierno sino forzar a que rectifique de manera inmediata», indicó. Fernández deseó al PSOE que triunfe en las próximas elecciones municipales, autonómicas y generales. «Tengo muy claro las ideas de la derecha y el compromiso que la izquierda tiene con los trabajadores», espetó ante los mineros el líder sindicalista.
Cándido Méndez, por su parte, abundó en que la Unión General de Trabajadores «no puede facilitar» que se dañe a los derechos adquiridos por los trabajadores en sus años de lucha sindical. También advirtió a aquellos que piensan que la reforma laboral no les va a afectar porque ya tienen un contrato con una indemnización de 45 días por año trabajado que «a ellos les va a afectar más que a nadie».
El número uno de UGT defiende que la política actual del Gobierno «va por mal camino», tanto en el ámbito social como en el económico. Uno de los dardos de Méndez que a buen seguro más van a escocer en la Moncloa es la calificación de «papel mojado» que otorgó a Ley de Economía Sostenible, uno de los proyectos estrellas de José Luis Rodríguez Zapatero. Aseveró que el Gobierno «no puede hablar de cambio productivo porque lo que han planteado con la reforma laboral va en sentido contrario».