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Los eléctricos arranques portuenses condenan a un ilusionado Conil
Moncho no puede evitar que Carlos Peces apuntille a su antiguo equipo en el retorno del conjunto conileño a la Tercera División
CONIL. Actualizado: GuardarNo festejó el Conil por todo lo alto su retorno a Tercera División. Con un excelente ambiente en las gradas del remozado Pérez Ureba, que ayer estrenaba césped artificial, el equipo dirigido por Manolo Rueda no pudo dar un merecido homenaje a su afición. Y es que, muy pronto llegó el jarro de agua fría. No se había llegado al minuto de juego y Alberto Piñero, que había recibido una asistencia de su compañero Villalustre, superaba con un lanzamiento cruzado al veterano Bocardo. Sin lugar a dudas, un duro golpe para el ilusionado equipo local.
Sea como fuere, el Conil buscó la igualada y fueron varias las ocasiones que tuvieron los del Pérez Ureba para empatar la contienda. Sin embargo, ni Garrido ni Nene estuvieron finos para enviar el esférico al fondo de las mallas racinguistas.
Por su parte, los de El Puerto, liderados por un incisivo José Antonio, buscaban ampliar su renta, pero el resultado no se movió en los primeros 45 minutos.
Providencial Bocardo
Muy parecido fue el comienzo de la segunda parte. Los hombres de Paco Corbeto salieron otra vez a por todas, con la firme intención de sentenciar la cita, y el resultado fue positivo para sus intereses. De hecho, a los ocho minutos de la reanudación, Carlos Peces saboreaba la gloria ante su antiguo equipo. El centrocampista se aprovechó de un centro de Paquito tras el saque de una falta e introdujo el cuero en el fondo de las mallas.
Con el paso de los minutos, el Racing pudo ampliar su diferencia, pero la retaguardia conileña y Bocardo, otrora guardameta rojiblanco, evitaron el tercer gol portuense en varias ocasiones.
El perdón del conjunto rojiblanco reavivó los ánimos del conjunto de Manuel Rueda. Tal es así que Moncho, todo un emblema en el José del Cuvillo, redujo distancias en los últimos compases y estuvo a punto de colocar las tablas en un eléctrico final. Sin embargo, el sueño se esfumó del Pérez Ureba, estadio en el que el Portuense sumó su primera victoria.