MALDITA TDT
Actualizado: GuardarLa TDT, ese invento del Gobierno que ha intentado equipararnos inútilmente a los privilegiados abonados a canales de pago, ha destapado sus mediocridades a las primeras de cambio. Más allá de los continuos fallos de índole técnico; desde el punto de vista deportivo, únicamente se salva el canal temático de TVE cuando tira de su extenso y valioso archivo para hacernos disfrutar con los grandes premios de motociclismo de los años 80 y 90. Pero el gran hallazgo de la televisión digital terrestre -para todos aquéllos que no conciben su vida sin su ración diaria de fútbol- son las tertulias con las que un par de canales (cuya nefasta y teledirigida programación es para echarse a llorar) nos invitan a trasnochar entre semana. Entiendo, además, que su horario esté acorde al mensual incremento de la masa de parados que no necesitan madrugar al día siguiente. Eso sí, el contenido de estas reuniones de cotorras convencidas de poseer el don de la verdad absoluta deja muchísimo que desear. Tanto que, llegado el momento, soy incapaz de diferenciar entre estas tertulias presuntamente deportivas y las que protagonizan los informadores más zafios del universo en los llamados programas del 'corazón'. Resulta patético observar hasta qué punto ha llegado el desprestigio de estos sucedáneos de profesionales que nada más abrir sus bocas se tragan el concepto periodismo para a renglón seguido regurgitarlo y convertirlo en una bilis en la que los insultos y los gritos, la desvergüenza y la falta de dignidad campan a sus anchas. Prefiero cientos de Belén Estebán -mediocres personajes que viven del cuento- a cualquiera de los muchachos que pueblan estos zoológicos nocturnos. Al menos, a la ex de Jesulín se la ve venir a leguas, pero estos supuestos entendidos en la materia resultarían idóneos para protagonizar una de esas películas de David Cronenberg plagadas de cucarachas.