Lo que se avecina
Actualizado: GuardarSi el verano ha sido extraño, o al menos tan extraño como todos, la nueva temporada viene más rara aún. La desconfianza ha echado raíces y cuantos retornamos con el ansia de reubicarnos encontramos difícil hallar un pronóstico claro de perspectivas. Cuántos 'palabros', perdón: He hablado con mucha gente estos días y nadie se atreve a decir lo que se avecina, lo que espera a nuestros bolsillos, que es lo que importa. Los hoteles han estado más llenos que nunca y los bares más vacíos, mientras en Cádiz-capital se ha perdido una nueva oportunidad de presentar una oferta turística, de ocio y cultural a la altura que merece y se dan pasos atrás apabullantes en el clásico y añorado "veraneo gaditano". Cero glamour, sólo conciertos en la playa.
Todo el mundo habla del parón del consumo en septiembre y debe ser verdad, porque las empresas caen, los impagos crecen, los créditos no fluyen. No se compran coches, un indicador consagrado que convierte a Antonio Romero-Haupold en un oráculo, como esos barómetros suizos que cambian de color antes que lo haga el tiempo, aunque se han vendido muchísimos vehículos hasta que subió el iva. Pero una fuente muy solvente me dice que en unos grandes almacenes gaditanos agosto ha sido fantástico y en lo que va de mes registran días malos junto a otros magníficos. Se agudiza la incertidumbre, pero en menos que canta un gallo estamos en navidades, gastando como locos de nuevo.
Acabado el «tierno verano de lujuria y azoteas», para el afortunado que lo haya tenido, llega la conflictividad laboral, con la huelga del día 29 de incierto seguimiento, y la apasionante batalla política: el Gobierno parece que aplaza hasta octubre la crisis prevista para el domingo 12 de septiembre. Y la pugna por mejorar las encuestas, en el caso del PSOE, o de consolidarlas, en el del PP, centrará las estrategias que a nivel provincial tienen su inmediata traslación en los preparativos de las municipales, donde no está claro que vaya a haber grandes cambios de candidatos, sino más bien al contrario, y las miras puestas en las andaluzas: Griñán y sus consejeros tienen ante sí una apretadísima agenda. El tiempo vuela para adquirir imagen , carisma, credibilidad, en un escenario poco propicio a las alegrías, pero el presidente quiere acercarse al ciudadano y demostrarle su poderío. Arenas y los suyos se enfrentan con la misma intensidad a su particular «ahora o nunca».
Habrá, eso sí, mucha actividad en torno al Bicentenario. La apuesta de Pizarro por Gabriel Almagro da sus frutos y cuajan proyectos interesantes.
El optimismo patológico de los gaditanos es la mejor y casi la única arma que tenemos contra la crisis. Alimentémosla, aunque tengamos que recurrir a sustancias extrañas y no muy lícitas: yo, lo confieso con vergüenza, he rebotado con frenesí un «buda de la suerte» que asegura que en cinco días tendré fortuna y dinero, por si acaso. Aunque lo que de verdad me tiene en vilo son las novedades editoriales del otoño: un nuevo «lecarre» en octubre y un «vargasllosa» también en puertas es lo mejor que se le puede pedir a estos tiempos revueltos.