Tres millones
Actualizado: GuardarOí, hace días, que en España, según estudios de no sé dónde, hay tres millones de homosexuales. Me parece una cifra algo exagerada. No entro ni salgo en discusiones peregrinas, ni en fiestas y jolgorio del orgullo gay. Son libres de manifestarse. Su homosexualidad si puede estar condicionada con una experiencia sexual, especialmente cuando el individuo se presta a este tipo de relaciones en el periodo puberal, antes del desarrollo de sus inclinaciones sexuales maduras. Que cada cual opine en el mutuo respeto, y sin ostentación que limitaría su autenticidad. Se han indignado cuando se les ha considerado enfermos, y ciertamente ni son todos los que están, ni están todos los que son. Pero tampoco voy a discutir esto; lo que sí es innegable es que hay alteraciones genéticas, y por citar alguna me refiero al seudohermafroditismo. Aquí la alteración consiste en tener un sexo distinto al que muestran. Ya de por sí, esta alteración podría producir los efectos y apetencias distintos al de su apariencia. En algunos casos puede existir una rentabilidad de la homosexualidad (entrevistas, platós de TV...). Psicológicamente el problema -si es que lo hay- es confuso. Cada cual siente, referente al sexo, lo que le apetece, pero no cabe duda por el ruido que dan una vez al año con la fiesta del orgullo gay, de que están satisfechos con su orientación. Todos mis respetos, jamás en mi vida he dejado de tenerlo y siempre me ha parecido que el pensamiento y exteriorización de cada personalidad son dignos de ello. Lo que sí es cierto es que el resto de las personas, los heterosexuales, como ahora se dice, también estamos satisfechos con nuestra tendencia y preferencia por el sexo opuesto, que sirve para que -entre otras cosas- se perpetúe la especie. Que no es ninguna tontería. Hemos de respetar, sin herir a nadie, pero desde luego satisfechos de seguir la orientación de la madre naturaleza, que nos creó hombre y mujer. O, mujer y hombre, si así lo prefieren.