Un superhéroe latino en Venecia
Pasó diez años en la cárcel antes de figurar como villano en cientos de películas. Danny Trejo tiene al fin su primer papel protagonista en 'Machete'
Actualizado: GuardarLos años 60 se resumen para Danny Trejo en tres nombres: Tracy, San Quintín y Soledad. Pasó toda la década encerrado en las tres prisiones californianas. A los 8 años consumía marihuana en las calles de Echo Park, un suburbio de Los Ángeles territorio de pandilleros latinos. Con 12 se chutaba heroína. Asaltaba licorerías armado con granadas. La década entre rejas le sirvió para rehabilitarse de sus adicciones y transformarse en campeón de boxeo del peso welter. En la cárcel aprendió dos cosas: que un aspecto feroz ayuda a que te dejen en paz y que el patio de una prisión es la mejor escuela de arte dramático: «Me convertí en actor al fingir que todo iba bien cuando estaba rodeado de locura».
Danny Trejo fue ayer la estrella absoluta en la Mostra de Venecia. Nada pudo hacer la frágil Natalie Portman, que concursaba en la sección oficial, ante el striptease macarra del protagonista de 'Machete', presentada fuera de concurso. A los 66 años, el actor ha vivido, al fin, su momento de gloria. Porque su nombre no sonará, pero su jeta resulta inolvidable. ¿Dónde hemos visto sus tatuajes? 'Heat', 'Con-Air', 'Abierto hasta el amanecer', 'Seis días y siete noches', 'Desperado'... Sólo este año ha rodado 25 largometrajes y tres series de televisión. Y siempre de villano al que dan pasaporte rápido. Jamás se ha quejado del encasillamiento.
'Machete' era el título del falso tráiler que Robert Rodríguez se inventó para aquel divertimento gamberro firmado junto a Quentin Tarantino, 'Grindhouse'. Al director tejano le hizo tanta gracia que decidió rodar la película y regalarle a Trejo -primo segundo- su primer papel protagonista después de tenerle en los repartos de todos sus filmes. «Mis personajes se han llamado Navaja, Cuchillo... Ahora he ascendido a la categoría de Machete», bromeaba ayer el actor en Venecia. «He sido bendecido por Robert, que de ex convicto me ha convertido en icono. Si esta película se hubiese hecho en Hollywood la habría protagonizado Brad Pitt para que recaudase mucho dinero. Robert ha hecho un superhéroe al estilo de Clint Eastwood o Charles Bronson, no de los guapos».
Cocainómanos Anónimos
Trejo es algo más que un secundario de aspecto patibulario. A la manera de otro intérprete de rostro difícil, Edward James Olmos, se ha erigido en un líder de la comunidad latina. Su currículo delictivo y posterior redención le ha valido el respeto de pandilleros y delincuentes. En sus charlas en prisiones, colegios e institutos le jalean como a uno de los suyos. «Crecí como los personajes que he interpretado», confiesa. «¿Podría haber sido otra cosa? Honestamente creo que las circunstancias determinan tu destino. Yo sólo podía ser currela o traficante de droga. Y elegí ser atracador. Así de simple».
Una reunión de Cocainómanos Anónimos en 1985 le cambió la vida. Un compañero le convenció para que se pasara por el rodaje de 'El tren del infierno' y asesorara al actor Eric Roberts -el hermano de Julia- en labores pugilísticas. Nada más verle le contrataron para un papelito de contricante en el cuadrilátero. Cobraba 350 dólares al día. «A partir de entonces hice un montón de películas de mierda sobre prisiones. Decían: 'Tráeme a ese mexicano de los tatuajes'. Mi única línea de diálogo solía ser '¡mátalos' o algo parecido. A veces, estoy viendo la tele y me descubro en películas que no sé ni cómo se titulan».
Casado dos veces y padre de cuatro hijos, Trejo puede presumir de amigos salvajes en Hollywood como Val Kilmer, Rob Zombie o el llorado Dennis Hopper. Todos le veneran como un tipo 'cool'. «En la cárcel hay dos tipos de personas: los depredadores y las presas», alecciona. «Si estás en un montón de mierda es mejor estar arriba. Allí uno se convierte en alguien que ni conoces. Y para salir adelante hay que cambiar. Yo después he dedicado toda mi vida a ayudar a los demás. Me escuchan porque he estado en sus salones gracias al cine. Capto su atención de inmediato, y eso es algo que me ha regalado esta industria. Me siento bendecido por ello».
'Machete' le convierte en el primer superhéroe latino, al frente de un reparto tan bizarro capaz de aglutinar a Don Johnson, Robert De Niro, Lindsay Lohan, Steven Seagal, Jessica Alba y Michelle Rodríguez. Un festival de sangre y machetazos excesivo hasta lo cómico, que apunta con bala a las restricciones legales que padece los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos. «El público puede llevarse cualquier impresión de la película, pero ésta se ha hecho como puro entretenimiento», explica el actor. «Claro que se tocan problemas relacionados con la inmigración, pero la denuncia concreta va hacia la corrupción existente a ambos lados de la ley».
Robert Rodríguez ha precisado que escribió el guión de 'Machete' hace 16 años, mucho antes de que el estado de Arizona aprobara su polémica ley para perseguir 'sin papeles': «El hecho de que tanto tiempo después siga siendo relevante la historia que se esconde tras el mito de Machete significa que el Gobierno tiene todavía algo que hacer».