Tribuna

¿Qué sigue temiendo Zapatero de Marruecos?

DIPUTADO NACIONAL POR CÁDIZ DEL PP Actualizado: Guardar
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Hace ocho meses, en un artículo de esta misma sección, desarrollábamos la tesis de que la forma de actuar de Zapatero y su gobierno con Marruecos era motivada por el temor que se le tiene y decíamos que muy importante debía ser para que el Gobierno esté tan entregado y sumiso a Marruecos dando una penosa imagen de servilismo y supeditación por tratar de evitar a toda costa que Marruecos se soliviante y pueda utilizar aquello que conoce. Para contentar al monarca alauita, Zapatero hasta ha cambiado la tradicional y firme postura española con el Sahara, postura que mantuvieron Suárez, Calvo Sotelo, Felipe González y Aznar y está perjudicando a agricultores y pescadores españoles para beneficiar a Marruecos; para colmo bajo presidencia española de la UE dejó fuera de agenda que a Ceuta y Melilla se les reconociera su equivalencia a las regiones ultraperiféricas europeas para no molestar a Marruecos. También fue penosa la actuación de nuestro gobierno en el caso de la activista saharaui Haidar, que nos puso en ridículo internacionalmente.

Por el contrario, en este contexto de dejaciones, servilismo, ayudas e inversiones y trato preferente es el propio gobierno alauita el que dirige y fomenta una acción coordinada contra España localizada en la frontera de Melilla que se inicia con la actuación de cinco jóvenes marroquíes de nacionalidad belga de buena posición económica que veranean en Marruecos y que denuncian una supuesta agresión brutal de la policía española en la frontera tras un enfrentamiento provocado con una mujer policía a la que no reconocen su autoridad. Ello provoca el primer comunicado del ejecutivo de Rabat exigiendo explicaciones a Madrid, con crudeza y sin la «diplomacia prudente» de Zapatero, al que siguieron cuatro más en los que acusaban a la política española de racista e inhumana y a la Guardia Civil de torturar y abandonar a inmigrantes, cuando ha salvado multitud de vidas, sobre todo de marroquíes, en una labor benemérita que le honra. Ninguno de los comunicados ha sido contestado y para colmo nuestro gobierno devuelve los insultos elogiando la calidad de la cooperación con el país vecino. La prueba de que todo estaba orquestado desde Rabat es que inmediatamente los servicios secretos marroquíes contratan a un famoso abogado español al que ponen un avión oficial para su traslado a Rabat para tutelar al máximo nivel su defensa y a la vez coordinan a activistas marroquíes para bloquear la entrada de alimentos por la frontera que termina cuando lo ordena el gobierno alauita. Ha desaparecido la zona de nadie, franja de seguridad de la frontera sin que se pida su recuperación. Tampoco se nos escapan los carteles vejatorios para nuestras mujeres policías y también coincide con una nueva oleada de pateras en nuestras costas, un arma que controla y utiliza Marruecos cuando quiere castigar.

En clave marroquí esta acción se enmarca en las viejas reivindicaciones de las ciudades de Ceuta y Melilla, en clave española ya no nos sorprende que el gobierno diga que no ha habido conflicto y desde el PP nos preguntamos que por qué entonces recurrieron urgentemente a nuestro Rey, por qué ha ido Rubalcaba a Marruecos y por qué va a ir Moratinos en septiembre y se prevé una reunión de ambos monarcas. Es curioso que Rabat prefiriera a Moratinos y no a Rubalcaba, creo que por aquello de ser más proclive a la marroquinización de Ceuta y Melilla que a su defensa, como le ocurre con Gibraltar y los campogibraltareños. También pensamos que debió ser muy grave para que el rey alauita se haya dignado a recibir a Rubalcaba. Nos sorprende que con lo sibilino que es nuestro ministro de Interior no haya encontrado otra justificación pública de su viaje que acordar la creación de dos comisarías, que por cierto ya se había acordado dos años antes y anulara la anunciada rueda de prensa posterior a su encuentro con su homónimo marroquí. Lo primero que se le viene a uno a la cabeza es cuánto nos habrá costado a los españoles la superación momentánea de esta crisis y por qué al PSOE no le interesa explicar en el Congreso lo que realmente ha ocurrido en Melilla como solicitó el PP. El ministro Blanco da la nota de color denunciado la deslealtad del PP a España por visitar una población española. Por contra hemos oído a los sindicatos policiales denunciar las mentiras marroquíes y la falta de apoyo de su ministro y de la ministra de Igualdad, así como la aseveración del Secretario General del SUP que desde Marruecos se dan órdenes de crear conflictos. También hemos oído a J.J. Imbroda, presidente de Melilla, decir que el Gobierno le pidió que se callara porque ofendía a Marruecos y que éste haya ganado la partida de Melilla. Otro que se ha lucido por su doble lapsus ha sido el portavoz socialista Sr. Alonso cuando criticaba el viaje de Aznar a Marruecos, cuando en realidad era a la población española de Melilla para apoyar su españolidad y a los policías.

Desde el PP consideramos un paripé el viaje de Rubalcaba, que no ha solucionado nada ni existen las buenas relaciones que nos venden, como lo demuestra el reciente maltrato y apaleamiento de españoles por apoyar a los saharauis por lo que exigimos al gobierno firmeza y responsabilidad en la defensa de los intereses españoles. Volviendo al argumento inicial y a la vista de lo ocurrido volvemos a preguntarnos qué temen Zapatero y su gobierno de Marruecos para seguir teniendo esa postura de debilidad que les hace negar públicamente la realidad y no le permite defender a sus policías, a sus ciudadanos y a su territorio. Si Aznar no ha tenido problemas para hacerlo antes y ahora, nos preocupa por qué lo tiene Zapatero.