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«Irak es desde hoy soberano e independiente»

El primer ministro en funciones celebra la retirada de las tropas norteamericanas de Bagdad mientras la población duda de la capacidad del Gobierno

BAGDAD. Actualizado: Guardar
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La 'Operación Liberación' de Irak es historia. Estados Unidos inicia su 'Nuevo Amanecer' y el primer ministro en funciones, Nuri al-Maliki, se dirigió ayer a la nación en un discurso televisado para anunciar a los ciudadanos que «Irak es desde hoy soberano e independiente», una revelación sorprendente para unos iraquíes que se sienten como el auténtico tablero de ajedrez, en el que las potencias vecinas disputan su guerra particular contra Estados Unidos.

Pese a la salida de las tropas norteamericanas, la población de Bagdad que siguen viendo patrullas de Estados Unidos por las calles, especialmente en las zonas más conflictivas de Mosul, Kirkuk y Diyala. También saben los iraquíes que al menos 50.000 soldados extranjeros permanecerán en su país hasta el 31 de diciembre de 2011.

«Nuestras fuerzas de seguridad asumirán el liderazgo en garantizar la seguridad, salvaguardar el país y en eliminar todas las amenazas que Irak tenga que afrontar, ya sean internas o externas». Segunda sorpresa para unos ciudadanos que asisten con incertidumbre a la retirada progresiva de las fuerzas estadounidenses. Según una estadística del Centro de Investigación Asharq, basado en Bagdad, el 60% de la población piensa que han elegido un momento equivocado para concluir su misión de combate y escuchan a generales como Babakir Zebari pedir en público al Pentágono que mantenga su presencia hasta 2020. Aunque Washington hable de «guerra terminada», los iraquíes están obligados a luchar cada día por su seguridad y unos servicios mínimos que mejoren su calidad de vida.

A las pocas horas de su intervención, Al-Maliki recibió al vicepresidente americano, Joe Biden, quien aseguró que «independientemente de lo que la prensa nacional diga sobre el incremento de la violencia, la verdad es que las cosas son bastante diferentes, son mucho más seguras». Biden no se refirió a los datos del Gobierno iraquí que elevaron a 535 el número de fallecidos el mes pasado, el más sangriento de los últimos dos años.

El enviado de Barack Obama también se reunió con el presidente Yalal Talabani y habló ante los medios de comunicación dentro de la fortificada zona verde. Biden se rodeó además de su propia seguridad privada y en un lugar donde un iraquí de a pie no puede ni soñar con acercarse. Si lo intenta debería pasar un número interminable de controles y cacheos antes de poder atisbar al primer occidental.

Aunque las autoridades de la Casa Blanca confían en la capacidad de las fuerzas iraquíes, Estados Unidos duplicará el número de vigilantes de compañías de seguridad privada para dar protección a sus consulados y embajada a partir del 1 de enero de 2012, fecha en la que la retirada de sus tropas deberá ser total, según el Acuerdo de Seguridad.

Al Maliki, por su parte, se ha encargado en los últimos años de formar una guardia personal dirigida por su propia oficina y cuenta al menos con dos unidades especiales. Las medidas de seguridad emprendidas por el primer ministro iraquí han sido censuradas abiertamente por altos cargos del Gobierno. Es el caso del viceprimer ministro, Rafie al-Issawi, que advierte del «alto riesgo de la politización de nuestras fuerzas de seguridad». Al-Issawi advierte de que la decisión entraña un riesgo añadido a la integración progresiva en el sistema de seguridad de las milicias suníes y chiíes de los distintos grupos políticos.

«Juego de los americanos»

Hadee Jalu Mary, director del Obervatorio de la Libertad de Prensa de Irak, no se acercó a cubrir la visita de Biden «porque está claro el juego de los americanos». «Viven un momento crítico a nivel externo e interno y necesitan la solución más sencilla que es mantener a AlMaliki en el poder, un político del agrado también de Teherán». Jalu Mary añadió que la estrategia es esencial ya que «Irán ha demostrado que es capaz de desestabilizar el país con facilidad. A nadie le importa lo que votamos los iraquíes».

El descontento popular con el primer ministro en funciones es proporcional al enfado por el vacío de poder que sufre Irak desde las elecciones celebradas el pasado 7 de marzo. Algunas asociaciones de derechos humanos piden incluso la repetición de los comicios para desbloquear la falta de acuerdo. «Se han aferrado al poder y no quieren soltarlo, como sigan así van a terminar como Sadam», opina Hanaa Edwar, directora de la asociación Al-Amal, dedicada a la atención de las mujeres y los jóvenes.

Al-Amal es uno de los movimientos que persigue la repetición de los comicios presidenciales porque «esta ausencia de poder está siendo decisiva en el aumento de la violencia» «Los aparatos de seguridad están infiltrados entre las diferentes partes que se disputan el mando y nos están llevando de nuevo al caos», aseguró Edwar.