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Nueve años de cárcel por violar y echar a la calle desnuda a su ex pareja

La Audiencia ha reducido la pena de 14 años que solicitaba la Fiscalía, al absolverle de un delito de lesiones

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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El testimonio de la víctima en el juicio fue estremecedor: «Dijo que me tenía que castigar porque a él no le deja nadie», recordaba la mujer con la voz quebrada y oculta tras una mampara. El agresor era su ex pareja, un vecino de Los Barrios de 42 años con el que había compartido una relación sentimental de apenas ocho meses, que la violó y la sometió a todo tipo de vejaciones y humillaciones, cuando ella decidió cortar la relación en junio de 2006.

La Audiencia Provincial de Cádiz ha condenado ahora a este hombre a una pena de nueve años de prisión por un delito de agresión sexual, otro de coacciones y una mera falta de vejaciones, a pesar de que el tribunal considera probado que el condenado echó a la calle a su víctima cuando ésta aún estaba desnuda.

«Me has querido dejar y este es tu castigo», le dijo el condenado a su víctima antes de someterla a una horrorosa tortura sexual, que la dejó llena de marcas y heridas. Según la sentencia, el hombre se había presentado en casa de la mujer a primera hora de la tarde, después de avisarle de que iba a «liarla» y, «si hacía falta, echaría la puerta abajo». En la vivienda, el acusado agarró a la mujer y, por la fuerza, la empujó hasta su dormitorio, donde comenzó a insultarla y llamarla «drogadicta», porque en un cajón encontró varias medicinas contra la ansiedad.

Una falta de vejaciones

La mujer pidió al agresor que ambos salieran de la vivienda, ya que temía que su hijo fuese testigo de la pelea. Entonces ella le propuso que se marcharan a la casa de su madre, pero él la metió en su coche a la fuerza y se dirigió a su propio domicilio, donde también la forzó a entrar en su dormitorio, para violarla.

La víctima «le suplicó llorando» que la dejara -recuerda la sentencia- pero él estaba empeñado en que debía castigarla por intentar abandonarle, y la violó. Tras la brutal agresión sexual, el hombre impidió a la mujer que se limpiara y, entre insultos, la echó a la calle desnuda, cerrándole la puerta para que no pudiese recuperar la ropa. La víctima pidió entonces socorro en la escalera de la vivienda, apenas cubierta por una sábana que encontró, hasta que el hombre le arrojó la ropa por la ventana y corrió hasta su casa. Estos hechos han sido considerados por el tribunal como una falta de vejaciones, por la que ha condenado al acusado a seis días de localización permanente y a que indemnice con 6.000 euros a su víctima. Durante el juicio, el acusado reconoció que aquella tarde la mujer había estado en su vivienda y que habían mantenido relaciones, pero contó al tribunal una versión totalmente distinta de los hechos, que los magistrados no han tenido en cuenta. Según su relato, fue él quien quiso cortar la relación, y su ex pareja quien le convenció para acostarse juntos.

El hombre también admitió haber expulsado de su casa a la mujer desnuda, pero según él, lo hizo porque ella no asumió que quisiera abandonarla. «Ella se levantó y empezó gritar; tiró al suelo la tele y la mini cadena -recordó el hombre- entonces rompió la foto de mis hijos y perdí los nervios; la eché de casa y le arrojé la ropa por la ventana». Sin embargo, el tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia, no ha dado credibilidad a sus palabras ya que, aparte del testimonio de la víctima, las pruebas forenses las contradecían.

Heridas y arañazos

Para justificar las lesiones que ella presentaba en los muslos -propias de una violación-, el acusado alegó que ambos solían practicar «el sexo duro o liberal». Sin embargo, según apuntó el informe forense, tales heridas, de ser consentidas, sólo serían posibles «bajo una relación de carácter sadomasoquista».

En este punto -el de las heridas- el tribunal ha absuelto al hombre del delito de lesiones del que también estaba acusado, y por el que la Fiscalía pedía un año más de prisión. Y es que, según la sentencia, «las erosiones y arañazos fueron consecuencia de la violación» y no de una agresión «adicional». De esta manera, la pena de 14 años que pedía la Fiscalía para este hombre ha quedado reducida a una de nueve años, y a una prohibición de acercarse a su víctima durante 11 años.