El asesino, fusil de asalto en mano, amenaza las ventanas de los edificios que le rodean. :: REUTERS
MUNDO

Matanza en un suburbio eslovaco

El asesino abrió fuego con un fusil de asalto contra los vecinos que se asomaban a la ventana tras disparar en una vivienda

VARSOVIA. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Un hombre de 50 años mató ayer a siete personas, cinco mujeres y dos hombres, e hirió a otras 15 al disparar indiscriminadamente contra los vecinos de un populoso suburbio de Bratislava, la capital eslovaca. El francotirador, armado con un fusil de asalto, se cebó con una familia al acribillar a cinco de sus miembros. Según algunas fuentes, estas últimas víctimas podrían ser de etnia gitana, aunque la Policía descartó que se tratara de un ataque racista. El asesino se quitó la vida al verse rodeado por las fuerzas de seguridad.

Identificado en un principio como un joven de 15 años en tratamiento psiquiátrico, el francotirador sembró el terror en el barrio Devinska Nova Ves de Bratislava, ubicado al oeste de la capital y densamente poblado. Los hechos ocurrieron en torno a las 10.00 horas, cuando asesino comenzó a disparar, al parecer, en el interior de una vivienda, después en la calle contra a los vecinos que se asomaban.

La masacre desató el pánico en un supermercado y un jardín de infancia cercano. La Policía bloqueó los accesos del barrios durante unas tres horas y pidieron a los vecinos que no salieran de sus casas ni se asomaran a las ventanas. Los investigadores barajan la posibilidad de que el tirador estuviera bajo la influencia de las drogas.

Varios testigos explicaron que el agresor, que fue captado por varias cámaras, llevaba auriculares contra el ruido. Marta Vozbranukova, puericultora en el jardín de infancia situado cerca de donde ocurrió el tiroteo, relató que el tirador se dirigió directamente a una casa prefabricada. «Instantes después de que entrara, un hombre de origen gitano salió corriendo. Estaba herido y cayó al suelo, donde el asesino volvió a dispararle dos o tres veces. A partir de ahí, empezó a tirotear a la gente», explicó.

Antes de que muchos vecinos pudieran ponerse a cubierto, el asesino segó la vida de siete personas. Al menos otras 15 resultaron heridas, entre ellas un niño de cinco años y un policía que recibió un tiro en la cabeza. El ministro de Sanidad, Ivan Uhliarik, precisó que nueve víctimas se encuentran en estado grave. Todo apunta a que el francotirador se suicidió al verse acorralado por las fuerzas de seguridad. Los encargados de las pesquisas descartaron que se trate de un ataque racista.