El botellón

Cada vez empiezan antes. Me refiero a la edad en que auténticos niños, que por lo que he podido observar apenas alcanzan 10 años, comienzan a beber de manera desenfrenada en esas reuniones que han venido a bautizar con el nombre de 'botellón'. Entre tanto la sociedad no acaba de tomar conciencia del gravísimo problema que tal comportamiento entraña. Padres, educadores, la administracción pública y la sociedad en general deberíamos tomar el tema con la seriedad que merece, pero mucho me temo que estemos ocupados unos y otros en asuntos distintos, señal evidente de que algo está ocurriendo en la sociedad, y no precisamente bueno, que nos hace mirar este asunto con total indiferencia.

Debería gestarse un plan de emergencia nacional en el que todos los agentes implicados jugaran un papel importante. Los padres y educadores formando a sus hijos en la linea que con el transcurso del tiempo y apelando falsamente al concepto de modernidad ha sido dejada a un lado. La Administración, retomando su papel de garante del orden dictando al respecto claras normas de comportamiento que salvaguardaran a parte de esta juventud de la espiral en la que se está metiendo. A la sociedad en general nos correspondería el papel de hacer proselitismo alli donde fuera necesario. Si esos no fueran los roles a desempeñar por cada estamento, que sean otros, pero que sean. Y cuanto antes mejor. Cualquier cosa menos permanecer pasivos ante este grave problema.